Pedirá actualizar los padrones e intentará impulsar el voto directo de los congresales.
En lo que será su primer paso formal hacia un nuevo mandato , Hugo Moyano citó para hoy al consejo directivo de la CGT para definir "las normas y los mecanismos para la normalización de autoridades", según precisó el secretario general en la carta de convocatoria a los dirigentes de los gremios.
De esta manera, el jefe camionero no echó por tierra su ambicioso deseo de modificar el estatuto cegetista para impulsar el voto directo de los representantes de cada sindicato. Pero no será sencillo: cada cambio debería ser aprobado por el congreso de delegados, donde Moyano no cuenta con la mayoría.
El líder sindical pedirá, también, que se actualicen los padrones para lo que ordenará a cada gremio a dar a conocer su cantidad de afiliados al día de la fecha. Además, se aprobará el ingreso de tres nuevos gremios que se sumarán a la confederación.
La CGT renovará sus autoridades en julio próximo. Por el momento, Moyano no tiene un claro competidor. El metalúrgico Antonio Caló se divisa como el candidato de la resistencia, a pesar de no haber cristalizado su deseo y de manifestar que quiere quedarse un mandato más al frente de la Unión Obrera Metalúrgica (ver aparte).
Posiblemente, en el encuentro sindical de hoy se pueda determinar la fecha del congreso que elegirá a las nuevas autoridades. En julio, Moyano cumpliría ocho años consecutivos en la secretaría general, todo un récord desde el surgimiento de la CGT, en 1930.
Moyano prevé debatir, además, sobre los pasos por seguir ante la falta de respuesta del Gobierno a las exigencias que la CGT solicitó a la Presidenta mediante una carta, el 31 de enero pasado. Entre los moyanistas más díscolos no descartan activar una movilización de protesta para después de Semana Santa si es que la Casa Rosada mantiene el silencio ante el reclamo de la central obrera.
Desde entonces, los pedidos gremiales no cambiaron: exigen una reforma impositiva (modificar el mínimo no imponible al impuesto a las ganancias); universalizar el pago de las asignaciones familiares, y activar un mecanismo de pago de la deuda que el Estado mantiene con las obras sociales sindicales.
No será fácil agilizar los reintegros que el Estado les retiene a los gremios. Del dinero que reclama la CGT, unos 10.500 millones de pesos provienen del aporte obligatorio que se les retiene a los trabajadores de sus respectivos salarios. El resto del monto surge de la restitución de prestación de servicios de alta complejidad que se brindan a través de la Administración de Programas Especiales (APE).
Por disposición de Cristina Kirchner, la gerenta general de la Superintendencia de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld, echó de la APE a Christian Asorey, yerno de Moyano y responsable de la seguridad informática del organismo.
A las pocas horas de conocer la salida de Asorey, Moyano criticó al Gobierno al decir que "está sovietizado".
Por intermedio de sus voceros, continuó con sus ataques retóricos. "No sé qué pasó, quizás un giro en la percepción y en los objetivos; sería muy ingenuo pensar que hay cosas personales. No se rifa un país por cosas personales, hubo un cambio de rumbo", sostuvo Julio Piumato sobre la metamorfosis en el vínculo entre la CGT y la Casa Rosada. Además, el dirigente judicial cuestionó a la Justicia. "Los jueces de la servilleta siempre tienen una terminal en el poder, y detrás de las causas de Moyano nunca hay un juez intachable, sino uno con prontuario", dijo en la revista El Guardián.
