El consejo directivo fijó para ese día el congreso que elegirá nuevas autoridades.
En una reunión de Consejo Directivo de la CGT en la que otra vez hubo críticas feroces a la Presidenta, Hugo Moyano fijó ayer para el jueves 12 de julio la fecha del congreso normalizador que elegirá a las nuevas autoridades de la central sindical. Como se anticipaba, el camionero buscará nomás su reelección.
“Moyano ha manifestado que él tiene la intención de presentarse” para pelear por un tercer período, oficializó al termino del encuentro el sindicalista Juan Carlos Schmid.
El único rival que hoy asoma como competidor del camionero es el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló.
Sorpresivamente, el metalúrgico ayer participó de la reunión de Consejo Directivo cegetista. Ni los propios moyanistas estaban seguros de cómo se debía interpretar su presencia: “Quizá vino para darla una señal al Gobierno de que si no le dan una mano con la paritaria va a encolumnarse con Hugo”, especularon cerca del camionero.
Pero en la UOM rechazaron esa conjetura. “Fue para mostrar que está dispuesto a dar pelea por la conducción de la CGT y que no tiene ningún temor. Para presentarse debía participar de la convocatoria al congreso”, explicó a Clarín un miembro del Secretariado Nacional de la UOM. Caló, por otro lado, había anticipado al resto de la conducción metalúrgica que ayer estaría presente en la reunión de Consejo Directivo El mandato de Moyano vence el mismo 12 de julio en el que se desarrollará el congreso. Aún se desconoce el lugar en el que se llevará a cabo. Eso sí: ya se descartó al estadio de Obras Sanitarias.
Según se informó ayer, del congreso podrán participar alrededor de 2.000 delegados congresales , quienes votarán de forma directa y secreta a la conducción cegetista. En la reunión de ayer se aprobó el ingreso formal a la CGT de 30 gremios nuevos que, se descarta, jugarán con el camionero en la interna. Entre los que se incorporaron oficialmente figura el Sindicato de Trabajadores de Peaje, de Facundo Moyano.
En la reunión de ayer se volvieron a tocar varios temas ultra sensibles y que siguen sin respuesta por parte del Gobierno: los pedidos de actualización del impuesto a las Ganancias, de eliminación de los topes a las asignaciones familiares y de cancelación de la multimillonaria deuda –según Moyano es de 15.000 millones de pesos– que el Estado tiene con las obras sociales sindicales.
“Todo es una artimaña del Gobierno para dominar al movimiento obrero”, se interpretó. “Nos quieren sitiar”, dedujo otro sindicalista.
Algunos, incluso, propusieron convocar a un paro general, pero la idea finalmente no fue considerada por el Consejo Directivo.
Sin dar mayores precisiones, en la reunión Moyano planteó: “Tenemos que estar alertas para la etapa que se viene”. Caló no hizo criticas al Gobierno y prácticamente se mantuvo en silencio todo el tiempo. Sólo lo rompió cuando algunos dirigentes lo consultaron por su trabada discusión paritaria.
Al final de la reunión, los moyanistas Schmid y Omar Plaini encabezaron una conferencia de prensa. “Está claro que el silencio de parte del Gobierno (sobre los reclamos de la CGT) no es la mejor estrategia y que la dilatación de este problema genera malestar.
Por el momento no se ha evaluado ningún tipo de protesta, pero una extensión de la falta de diálogo no alienta un horizonte de menor conflictividad en Argentina”, advirtió. Y agregó: “Como en el juego de ajedrez, las blancas las tiene el Gobierno”.
