El puerto de Mar del Plata sigue paralizado por estibadores que reclaman una jubilación.
MAR DEL PLATA.- Ya se perdieron 3300 toneladas de pescado -por unos US$ 4 millones- y hay más en riesgo. "Esto es un secuestro extorsivo en el que la víctima ya se nos murió", comparó ayer un directivo de las empresas afectadas por un paro de 600 estibadores, que ya cumplió 10 días y mantiene paralizada por completo la operatoria en el puerto local. A la fecha no hay solución a la vista.
El reclamo apunta a lograr la jubilación para más de medio centenar de trabajadores que se desempeñan o desempeñaron en la estiba en los muelles, algunos ya fallecidos. Se plasma en los hechos con un piquete en el acceso a las terminales N°2 y 3, con lo que no se puede descargar de los buques la materia prima que tiene por destinos las plantas industriales o el mercado exterior.
Representantes de ocho cámaras empresarias del sector, algunas de las cuales ya habían reclamado la pronta intervención del gobernador Daniel Scioli para mediar en este conflicto, denunciaron los graves perjuicios económicos que provoca esta dura protesta de estibadores. "Es inédita por el daño que ha generado", señaló Mariano Retrivi, titular de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, una de las entidades que ayer compartió la conferencia de prensa en la que se brindó información sobre las severas consecuencias de esta medida de fuerza.
Al quedar limitada la descarga de lo acopiado en bodegas de los buques, las plantas procesadoras se están quedando sin materia prima y toda la cadena se paraliza, incluida la de despacho de pescado fresco o elaborado a destinos internacionales. "Va a costar más de un mes recuperar el ritmo de trabajo por falta de materia prima y mucho acomodar la economía de las empresas afectadas", contó Fortunato, presidente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA).
El paro lo inició el Sindicato Unico de Portuarios Argentinos (SUPA), que lidera Juan Carlos Ferreyra. "Queremos que nos reciban autoridades nacionales para que se cumpla con la jubilación de nuestros compañeros que están en condiciones de acceder al beneficio", afirmó. Pidió para ellos una "reparación histórica". El problema es que faltan aportes al sistema, responsabilidad compartida por el sector empresario y el Estado, que debe fiscalizar que se cumpla con las normas.
El corte de tránsito en el acceso a las terminales significó que decenas de buques tuvieran que mantener sus cargas a bordo. Algunos, los de mayor envergadura, tienen cámaras y pueden esperar. Pero los fresqueros tienen menor capacidad de frío y ya empiezan a desechar materia prima, que con suerte podrá tener como destino su procesamiento como harina de pescado. "Estamos acostumbrados a negociar con los gremios y el reclamo de uno no afecta a otros, pero con este paro del SUPA se ha cortado toda la cadena de producción", remarcó Retrivi.
Frente a este escenario, los armadores que tenían sus embarcaciones mar adentro y necesitaban amarrar para descargar sus capturas están optando por los muelles de la vecina localidad de Necochea. Los costos son más altos, admiten, pero es por ahora una alternativa segura y a mano para mantener a salvo la mercadería. Lo llamativo es que allí la descarga la hacen los pares de quienes aquí están llevando adelante la protesta. Este conflicto llega en momentos en que los gremios del sector participaban de paritarias con el sector empresario a efectos de definir ajustes salariales. Esta negociación transita una pausa a partir de la intervención del Ministerio de Trabajo, que dispuso la conciliación obligatoria. En las últimas horas asomó un primer acuerdo entre la patronal y el personal de las plantas de procesamiento.
Al mismo Ministerio de Trabajo recurren ahora los dirigentes y afiliados del SUPA. Se ilusionan con una reunión en la que los reciba el ministro Carlos Tomada, pero éste ya advirtió que no habrá encuentro posible mientras se mantenga en pie la medida de fuerza.
