Luis Ceriotto
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El viceministro de Economía y subinterventor de YPF, Axel Kicillof, sigue siendo además el subgerente general de Aerolíneas Argentinas y de Austral Líneas Aéreas, las dos compañías que desde julio de 2009 co-conduce junto a Mariano Recalde. A pesar de su agenda cada vez más cargada, Kicilllof sigue monitoreando de manera personal el plan de negocios que armó para Aerolíneas y que hace un año defendió, por última vez, ante la Comisión Bicameral de Reforma del Estado.
De hecho, sigue yendo a su despacho en la calle Bouchard y su cargo administrativo sigue vigente. "Oficialmente está activo, no fue dado de baja", señalaron fuentes inobjetables vinculadas a Aerolíneas.
Su creciente ascendencia en el Gobierno habría servido, además, para bloquear el desembarco en Aerolíneas de Gustavo Marconato, ex el titular de la Comisión de Presupuesto de la Cámara Baja: hace tres meses Marconato fue designado vicepresidente de Aerolíenas, supuestamente para poner coto a la gestión de Recalde, Sin embargo, la reunión del directorio de Aerolíneas que debería formalizar ese trámite nunca se concretó.
Kicillof tiene el manejo de me- diano y largo plazo de Aerolíneas- mientras que Recalde (quien no gozaría de la misma simpatía presidencial que el viceministro) se encarga del día a día.
Los jóvenes dirigentes de La Cámpora renovaron la flota de Aerolíneas y Austral, pero a un alto costo: desde su estatización, las dos empresas demandaron al Estado subsidios por 2.714 millones de dólares, de los cuales apenas US$ 250 millones fueron para adquirir nuevos aviones. El resto fue para cubrir déficit operativos.
