Alertan sobre el impacto de la inflación y la falta de actualización de los ingresos en las ventas.
La mirada de los supermercadistas y los principales empresarios de consumo masivo está puesta en el jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló. El sindicalista comanda la negociación paritaria más importante del país, que a esta altura promete convertirse en el caso testigo para el resto de las industrias y sectores.
La inédita preocupación por la suerte de los trabajadores metalúrgicos se explica a partir de la evolución que tuvo el consumo masivo en los últimos meses. Entre los empresarios del rubro la coincidencia es prácticamente absoluta no sólo en cuanto a una desaceleración de las ventas sino también en atribuirla al efecto de la inflación sobre los sueldos de la mayoría de los trabajadores, que se rigen por los convenios salariales del año pasado.
De acuerdo con los datos de las principales consultoras que relevan la evolución de la demanda de los productos de primera necesidad -alimentos, bebidas, artículos de limpieza y tocador-, el primer trimestre de 2012 cerró con una suba interanual de entre 2 y 3% en volumen, contra las tasas superiores al 5% de los primeros meses de 2011. Con el paso de las semanas, la tendencia a la desaceleración se profundiza, y de hecho, según los datos de CCR, la suba interanual en marzo, tomando en cuenta todos los canales, fue de apenas 1,1%, y en el caso puntual de los supermercados, directamente las ventas cerraron sin cambios. En Nielsen también dan cuenta de un marcado proceso de freno en el consumo -con un alza acumulada en el trimestre del 3%-, y sin precisar los datos de cada mes también señalan que marzo fue el que mostró la peor performance.