Un día antes, la Presidenta había criticado a los gremios y les había pedido “responsabilidad” en los reclamos salariales. Ayer, los dirigentes cercanos a Moyano doblaron la apuesta. “No todos los presidentes viven como José Mujica”, dijeron.
La relación entre el líder de la CGT, Hugo Moyano y Cristina Kirchner cruzó la frontera del no retorno. El moyanismo salió al cruce de las críticas al sindicalismo que había hecho un día antes la Presidenta y aseguró que está “nerviosa”. La Presidenta le había pedido a la dirigencia sindical “sensatez, responsabilidad y seriedad”, en el marco del resurgimiento de protestas gremiales por reclamos salariales.
El dirigente textil Jorge Lobais encabezó la embestida del entorno de Moyano. “Si uno hace un análisis general, es un momento difícil para nuestra señora Presidenta , en el cual la situación del mundo no es fácil y creemos que por ahí anda un poco nerviosa y hace esas acotaciones”, afirmó Lobais, que también apuntó al patrimonio de la familia Kirchner. “Tampoco todos los presidentes viven como (el presidente uruguayo José) ‘Pepe’ Mujica”, deslizó el gremialista respondiendo a las críticas de la Presidenta que incluyeron comentarios sobre la situación patrimonial de los dirigentes sindicales.
“La Presidenta tiene el derecho de decir lo que quiera, en nuestro caso saben dónde vivimos y cómo vivimos”, agregó Lobais. También habló de “turbulencias dentro de la CGT” y sostuvo que la relación con la Casa Rosada no mejora: “La relación se ha puesto difícil con la señora” . Pese a las críticas, Lobais aseguró defender el proyecto del kirchnerismo: “Los gremialistas defendemos este proyecto de Gobierno, soy un agradecido al matrimonio Kirchner”, explicó.
Durante la tarde de ayer, las respuestas desde el círculo de Moyano siguieron apareciendo. Julio Piumato, uno de los principales colaboradores del camionero, acusó al Gobierno de no responder los reclamos de los trabajadores. “ Rabia da que se olviden de los que no pueden tener un techo propio a pesar de tener un trabajo , de los que no llegan al salario mínimo vital y móvil, de los que están precarizados, no solo en la actividad privada sino que los que tendrían que dar el ejemplo que son el Estado nacional, el provincial y muchos estados municipales”, disparó el judicial.
A fines de 2011, el Gobierno decidió poner fin a la alianza que había mantenido con Moyano. El líder camionero mantuvo el silencio hasta que en febrero de 2012 salió a exigirle al Ejecutivo respuestas a los requerimientos de la central obrera. De ahí en más, la relación fue de mal en peor.
El hijo del jefe de la CGT, el diputado Facundo Moyano, desde su cuenta de Twitter, señaló: “Los camioneros fueron sectarios y corporativos yendo a buscar ganado a Azul (arriesgando sus vidas) por pedido de Néstor Kirchner cuando se desabastecía. Este sindicalismo, tuvo una actitud corporativa en la 125, en la 9 de Julio, con 300 mil trabajadores bancando al proyecto que medía un 34%”, afirmó Facundo Moyano, respondiendo con ironía las acusaciones de Cristina. “Que me explique un economista por qué un sindicalista que pide aumento salarial en un contexto de crecimiento perjudica a los que cobran la Asignación Universal por Hijo”, reclamó Moyano.
Desde la CTA opositora no se guardaron críticas: “Si la Señora Presidenta tiene alguna duda, puede venir a visitar nuestros hogares y ver la forma en la que vivimos. Llama la atención que quien hace estas imputaciones, haya declarado una fortuna personal de 70 millones de pesos, acrecentada desde el 2003 hasta la fecha”, sostuvieron en un comunicado de prensa firmado por Pablo Micheli.
Gerónimo Venegas, secretario general de UATRE, también fue duro con Cristina: “Las mansiones, los hoteles y todo lo que tiene la Presidenta, en caso de que se vaya, le van a servir para vivir cómodamente. Mucho más cómodamente que muchos de nosotros”.
Así están las cosas entre el Gobierno y, al menos, un sector del sindicalismo.
