El diputado nacional está más cerca que lejos del Gobierno, pero tiene que lidiar con la embestida de la Rosada contra la CGT.
Aunque ante las últimas críticas de la jefa de Estado, Cristina Kirchner, Facundo Moyano salió a defender por las redes sociales a su padre –el líder de la CGT–, el joven diputado nacional se encuentra entre la espada y la pared y espera que pase la tormenta. Según contaron a PERFIL fuentes oficialistas y sindicales, Facundo está de acuerdo con el Gobierno nacional y no le sienta bien llevar el apellido Moyano en este momento. “El quiere estar en el kirchnerismo, le gusta, pero pasa por una situación muy incómoda: Cristina siempre está en guerra con Hugo”, manifestó a este diario un diputado nacional del kirchnerismo.
La prueba de que está más cerca que lejos del Gobierno fue su asistencia al acto en el que CFK promulgó la ley de expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol. Lo sentaron en primera fila, junto a los jerarcas de La Cámpora. Moyano junior tiene muy buena relación con Andrés “Cuervo” Larroque, el secretario general de la agrupación. Pero ese día tuvo dos disgustos. El primero sucedió durante el discurso de CFK. La Presidenta castigó al sindicalismo opositor: “Nadie como este gobierno y el de Néstor hizo tanto por los trabajadores”, arrancó. Y continuó pidiendo un esfuerzo a ese sector que “tiene la suerte de estar bien remunerado y en blanco”.
Mientras esto ocurría, Facundo recibía un mensaje de texto de su hermano Pablo, líder del Sindicato de Camioneros. “Ningún proyecto justifica que estés sentado en un lugar en el que bardean a mi viejo”, le tiró. Facundo quedó golpeado.
Durante la semana posterior, diputados lo vieron charlando en varias oportunidades con el Cuervo Larroque. Y algunos lo escucharon decir: “Por ahora no quiero hacer declaraciones públicas. Mi situación es complicada. No me quiero meter ni en una cosa ni en la otra”, graficó en una de esas conversaciones, según pudo reconstruir este diario. Hay quienes creen que la Rosada quiere utilizar este problema para debilitar al propio Moyano, que para Cristina es un enemigo y que pretende la reelección en la CGT.
Relación conflictiva. Hay un esclarecedor capítulo del libro Hijos del poder en el que se detalla la conflictiva relación que tienen Pablo y Facundo. Son hijos de distinta madre y del mismo padre. Dice el libro: “Cuentan que la relación entre estos dos hermanos no es de las mejores, básicamente porque tienen distintos estilos de conducción y de manejo de los conflictos. ‘Son de distinta madre, y se nota’, explican quienes los conocen. Por algo uno eligió la batalla cuerpo a cuerpo y el otro, la política”.
Y lo grafica con una anécdota: “No hacía mucho tiempo que Facundo estaba al frente del gremio de los empleados del peaje en las autopistas, cuando pidió que los que realizaban tareas de operación de vehículos como grúas o camiones en las rutas y autopistas fueran encuadrados en el Sindicato Unico de Trabajadores de los Peajes y Afines, fuerza que él conduce. De más está decir que poco le importó a Pablo el vínculo familiar. Más que molesto porque su hermanastro quería quitarle aliados, no dudó en mandar gente a ‘apretar’ a los del Sutpa para que descartaran esa posibilidad”.
Los choques vuelven a aparecer ahora. Facundo es diputado nacional por el kirchnerismo, pero se ve envuelto en las peleas de Pablo y Hugo con la Presidenta. Sin embargo, a la hora de defender determinados reclamos, lo hace sin dudar, como por ejemplo, con la eliminación del mínimo no imponible y los reiterados pedidos de aumentos salariales. En el acto de Moyano en Parque Roca apenas si mostró protagonismo. Un día después fue la movilización K a Vélez. En Twitter, el hijo diputado de Moyano resalta muchas veces los logros del Gobierno nacional aunque mantiene sus reclamos sindicales.
