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20/05/2012 La Mañana - Neuquén - Nota - Sociedad

Reclaman justicia a un año de la tragedia de Sol

Un centenar de familiares de las víctimas conmemoró el primer aniversario de la caída del avión en el paraje Prahuaniyeu.

En medio de llantos ahogados y clamor de justicia, se recordó ayer a las 22 víctimas en el primer aniversario de la tragedia aérea de Sol Líneas Aéreas, en el paraje rionegrino de Prahuaniyeu, a 35 kilómetro de Los Menucos, en plena meseta patagónica.
"Queremos justicia, no queremos plata. Venimos a recordar aquí a nuestros seres queridos. No hay gente responsable de esta tragedia como tampoco organismos que vigilen y controlen. Alguna vez tiene que haber responsables para que este dolor no quede en la nada. Eran 22 personas que iban a trabajar", vociferó un familiar frente a la improvisada ermita de un joven de apellido Castro.
Cerca de un centenar de familiares procedentes de Rosario, Córdoba, Mendoza, Buenos Aires, Comodoro Rivadavia y Neuquén llegaron al lugar donde se estrelló el Saab A 340 matrícula LV-CEJ la noche del 18 de mayo de 2011.
Un camino zigzagueante conduce a una pequeña capilla que se erigió sobre la ladera derecha del cerro por iniciativa de la intendenta de Los Menucos, Mabel Yahuar.
La intendenta recibió al contingente en el gimnasio municipal con un almuerzo informal y posteriormente los acompañó en caravana rumbo al lugar del accidente. La gente de la localidad se volcó a este aniversario, algunos sumándose y otros desde una mirada silenciosa al paso de la caravana.
El silencio inicial de las esposas, padres, hijos, amigos y sobrinos de los fallecidos se transformó en una sentida ceremonia donde cada uno buscó levantar un altar o una improvisada sepultura con piedras del propio lugar con el fin de colgar un crucifijo, una cruz, una vela y un sinfín de fotos y recuerdos personales.
El obispo de Bariloche, Fernando Maletti, junto con el párroco de la localidad, Ricardo Modarelli, ofició una misa para contener el dolor de los asistentes mientras otros buscaban consuelo en el silencio, alejados, imbuidos en su pena, cerca de algún arbusto.
Alejados del gentío, bomberos voluntarios de Los Menucos, quienes estuvieron desde el primer día, manifestaban en respetuoso silencio ante un conmovedor escenario. "Vuelvo acá desde la primera noche en que vinimos a rescatarlos. Ayer vinimos a colaborar para terminar la capilla a tiempo. Cuando vine esa noche me encontré con lo peor, fue terrible", dijo Raúl Fuentes, bombero voluntario local.
"Lo que estamos viviendo evidencia un notable contraste entre la comunidad de Los Menucos y las decisiones del juez que entiende en la causa (Leónidas Moldes) al no haber dado avances en el esclarecimiento de la tragedia", sostuvo Raúl Nasi, miembro de la Asociación Civil de Accidentes Aéreos, familiar de un víctima de la tragedia de LAPA en 1999, quien llegó hasta la región para apoyarlos y asesorarlos.
Todos quieren encontrar alguna señal, un indicio que los ayude a responder muchos de los interrogantes que hasta ahora no les fueron develados. "Al parecer este es uno de los pozos que estaba escondido una parte de los restos óseos y del instrumental de aeronave el último rastrillaje. Es una vergüenza lo que se hizo, espero que nunca le pase a ellos", dijo una mujer mayor antes de retirarse con los últimos rayos de sol sobre una fría tarde de otoño en el denominado "Campo Santo".

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