En los primeros años del kirchnerismo, los gremios más cercanos al Gobierno, como el de los Camioneros de Hugo Moyano, no tenían ningún inconveniente en presentar en sociedad sus acuerdos salariales con un par de puntos por abajo de los aumentos que realmente conseguían para ser funcionales a los intereses de la Casa Rosada. Ahora, y como consecuencia de una inflación que se hace sentir cada vez con más fuerza, los gremios se ven obligados a presentar sus acuerdos salariales de modo algo más ventajosos de lo que resultan en los hechos.
