La crisis generada con el cierre de Pluna el 5 de julio por insolvencia financiera es un martirio para el gobierno. Como están dadas las cosas, tiene tres opciones y ninguna de ellas es clara. Una es que el gobierno venezolano decida dar el dinero para apoyar un proyecto autogestionado entre los trabajadores con participación de Conviasa. Otra, que el empresario Franco Macri pueda sacar su dinero de Argentina pese a las restricciones de la impositiva de ese país. Y la tercera es que, luego de fracasada la subasta, se le pueda vender los aviones al dueño de Buquebus (BQB), Juan Carlos López Mena, a un precio inferior. Los representantes del Grupo Macri, en tanto, visitaron los aviones pero adujeron inconvenientes con la Administración Federal de Ingresos Públicos de Argentina para presentar las garantías financieras en Uruguay, explicó a El Observador una fuente del gobierno. Esto último era uno de los requisitos excluyentes para pujar en la subasta como oferente. Se requería presentar un aval bancario de u$s 13.688.516 emitido en una institución de plaza, o bien una póliza de seguro de fianza del Banco de Seguros del Estado de Uruguay.
