SUBSIDIOS ENCUBIERTOS
¿Como hacer para cubrir las pérdidas de una empresa estatal sin que salte en las cuentas oficiales?. El desafío que hasta ahora ningún funcionario había podido superar va camino a ser doblegado por el viceministro de Economía y gurú de La Cámpora, Axel Kicillof. Para eso inventó un inusual "pase de magia" contable que consiste en la remisión de fondos a la empresa deficitaria desde otra compañía estatal que también tiene sus números en rojo y se mantiene gracias a los millonarios subsidios embolsa del Estado.
Con el visto bueno de Kicillof, Aerolíneas Argentinas --la empresa que maneja Mariano Recalde y recibe en promedio unos US$ 2 millones diarios de subsidios --le traspasó casi $ 30 millones a la compañía estatal Intercargo para que haga frente al pago de los sueldos. Además, desde la aerolínea restatizada --que tiene Aerohandling su propia empresa de logística aeroporturia--también salieron los recursos para que Intercargo pueda comprarle ropa a su personal y adquirir los repuestos y vehículos que le faltaban para poder prestar los servicios de rampa, atención de aviones y movimiento de equipajes.
Según un informe elaborado por la intervención de Intercargo, los sueldos de noviembre y diciembre, el aguinaldo del segundo semestre de 2012 y las facturas de principales proveedores se pagaron "con una asistencia financiera de Aerolíneas Argentinas que ascendió a $ 29,3 millones". La ayuda de Aerolíneas--canalizada bajo el paraguas de un acuerdo de "cooperación entre ambas empresas--le evitó a Intercargo tener que pedir un subsidio explícito al Estado y dejar al descubierto su deficitaria situación económica y operativa.
Nacida a principios de los 90, Intercargo --cuyas acciones pertenecen a los ministerios de Economía y Defensa-- fue siempre una empresa estatal superavitaria.
Pero la impericia y la pésima gestión de Martín Balbarrey (que había llegada a la presidencia de la mano del operador político K, Juan Carlos "Chueco" Mazzón) y del ex gerente general, Carlos Adamo (que respondía al ex titular de Transporte y ahora procesado por la tragedía de Once, Juan Pablo Schiavi) dejaron a la empresa en rojo.
En noviembre pasado, el Gobierno la interviene y pone al frente a Juan De Dios Cincunegui-- que era en ese momento vicepresidente de Aerolíneas Argentinas-- para que realice una auditoría y proponga un nuevo plan de negocios. Pero Cincunegui duró muy poco. A principios de este año se tuvo que ir por estar involucrado en una "supuesta estafa" con asociaciones de consumidores y bancos que había denunciado la propia presidenta Cristina Kirchner. Su lugar fue ocupado por otra militante camporista: María Cecilia García, una contadora proveniente de la Inspección General de Justicia que no tiene experiencia alguna en el sector aeronáutico y consulta todas las medidas que toma con Kicillof y Recalde. Además de reconocer los "subsidios" de Aerolíneas, la auditoría realizada por Cincunegui--que no fue dada a conocer publicamente por el Gobierno---también puso al descubierto varias irregularidades y perjuicios provocados por la anterior gestión de Intercargo.
