Nota - Política - Pag. 5
Por: Mariano Martín
Roberto Fernández
La posible reunificación de la CGT tras las elecciones no será el único motivo de preocupación para el Gobierno en el campo gremial. Dirigentes de sindicatos del transporte prevén reunirse la semana que viene con sus colegas que apoyan al intendente de Tigre, Sergio Massa, para negociar su incorporación a ese espacio. Se trata de Roberto Fernández (colectiveros, UTA) y Omar Maturano (maquinistas de La Fraternidad), que pertenecen a la CGT oficialista pero se distanciaron del Ejecutivo en los últimos meses.
El encuentro comenzó a gestionarse luego de la victoria de Massa en la provincia de Buenos Aires el domingo último, a través de contactos telefónicos entre ambos gremialistas y Héctor Daer, segundo del sindicato de Sanidad y candidato a diputado nacional por el Frente Renovador. Entre los participantes dijeron que en la reunión podrá incluir a otros protagonistas del sector del transporte aeronáutico, marítimo e incluso ferroviario.
El intendente de Tigre ya había sumado a sus listas a gremialistas de varias centrales sindicales. Además de Daer, participan de su armado desde la CGT oficialista Alberto Roberti (petroleros) y Osvaldo Lobato (de los metalúrgicos de San Martín). De los aliados de Hugo Moyano incorporó a Alberto Murúa (gremio del plástico) y hasta uno de los hijos del camionero: Facundo Moyano, diputado nacional, se pasará al bloque del Frente Renovador en diciembre.
También están Carlos Acuña, de los estacioneros alineados con la CGT Azul y Blanca, de Luis Barrionuevo; Fabián Alessandrini (estatales de ATE y en la CTA oficialista) y los mercantiles Raúl Ledesma y Orlando Machado.
La posible inclusión de Maturano y Roberto Fernández le otorgaría a Massa un poderoso elemento de advertencia al Gobierno, con el aval de los gremios más importantes del transporte. Y si bien Hugo Moyano permanecerá de momento junto a Francisco de Narváez, se da por hecho que los camioneros operarán en línea con los objetivos políticos del líder del Frente Renovador.
Los jefes de UTA y La Fraternidad ya habían avisado que estaban en condiciones de apoyar a Moyano en caso de ser convocado un paro nacional para protestar contra el Gobierno. En las últimas semanas multiplicaron sus contactos entre sí y con los colaboradores del camionero.
Pero luego de las primarias del domingo, los dirigentes quedaron a disposición del armado de Massa. Su pase a la oposición fue alimentado por el enfrentamiento que mantuvieron con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Además de quejarse por el Impuesto a las Ganancias, cada uno tuvo motivos de disputa con el funcionario: Maturano, por la responsabilidad que les endilgó el Gobierno a los maquinistas en las tragedias de Once y Castelar, y por el posterior despido de hombres que le reportaban en la estructura de Transporte. Y Fernández por el desgaste de una paritaria que le demandó siete meses y la amenaza constante del Ejecutivo de no subsidiar el transporte de larga distancia.
El resultado del domingo apuró todos los procesos en el sindicalismo peronista. Moyano comenzó a destacar el triunfo opositor y a reprocharle a De Narváez su cuarto puesto en la contienda bonaerense. También se reabrieron todos los canales de diálogo para buscar la unidad de la CGT antes de fin de año. Y ayer sorprendió Omar Viviani, uno de los más oficialistas en la central obrera de Antonio Caló, al anticipar que su sector apoyará en 2015 "a los que ganen".
"En 2015, cuando haya elecciones presidenciales, si hay otros candidatos que proponen soluciones y la sociedad argentina los vota, acompañaremos a los que ganen porque no tenemos por qué ser enemigos de nadie", avisó el jefe de los taxistas y secretario gremial de la CGT oficialista.