Nota - Sup. The New York Times - Pag. 7
La clase ejecutiva se mejora cada vez más
Por JAD MOUAWAD
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En un laboratorio de pruebas confidencial en un parque de oficinas cerca del aeropuerto de Frankfurt, un pequeño equipo de Lufthansa se recluyó durante cinco años para refinar uno de los secretos mejor guardados de la aerolínea alemana. Lo llamaron el concepto V.
Con casi 2 metros de largo y 60 centímetros de ancho, el concepto V es el arma más reciente de la compañía alemana en la intensa competencia entre las aerolíneas globales. Es un nuevo asiento para clase ejecutiva y, si viaja en un vuelo ida y vuelta de Frankfurt a Nueva York, puede ser suyo por sólo 5 mil dólares.
"La clase ejecutiva es donde la competencia se pone realmente seria", dijo Björn Bosler, quien encabezó el equipo de docenas de diseñadores de asientos e ingenieros de Lufthansa.
Fabricar un solo asiento de clase ejecutiva puede costar hasta 80 mil dólares; los modelos a la medida para primera clase cuestan entre 250 mil y 500 mil dólares.
Los viajeros en primera clase y clase ejecutiva quizás representen entre el 10 y el 15 por ciento de los asientos para viajes largos a nivel mundial, pero componen hasta la mitad de los ingresos de aerolíneas como Lufthansa o British Airways, dijo Samuel Engel de ICF SH&E, una firma de consultoría sobre aviación.
Lufthansa, la cuarta aerolínea más grande del mundo en términos de pasajeros, está invirtiendo 4 mil millones de dólares en servicios a bordo. Pero su nuevo asiento de clase ejecutiva representa aproximadamente una tercera parte de esa inversión, dijo Bosler.
"Hoy en día, la clase ejecutiva es lo que la primera clase solía ser hace 10 o 20 años", dijo Jacques Pierrejean, diseñador que ayudó a crear una suite semicerrada en primera clase para la aerolínea Emirates.
Se proyecta que los viajeros de negocios gasten 273 mil millones de dólares este año en tarifas de avión, de acuerdo con un pronóstico de la Asociación Global de Viajes de Negocios, un incremento del 4,3 por ciento en comparación con 2012.
Sin embargo, encontrar el equilibrio perfecto entre espacio, comodidad y funciones de un asiento para mantener cómodos a los pasajeros es complicado. Hasta hace apenas unos cinco años, la norma era que los asientos de clase ejecutiva presentaran una superficie para tenderse en posición horizontal a un ángulo, dijo Mark Hiller, director ejecutivo de Recaro Aircraft Seating, uno de tres grandes fabricantes de asientos.
Ahora las aerolíneas intentan, cada vez más, introducir camas completamente horizontales en la clase ejecutiva, aunque eso típicamente significa perder casi el 10 por ciento de los asientos de clase ejecutiva. British Airways ideó un diseño en el que la mitad de los pasajeros va sentado de espaldas, dijo Peter Cooke, gerente de diseño de la aerolínea. Puede lograr que quepan 56 asientos de clase ejecutiva en tan sólo siete hileras dentro de algunos Boeing 777.
"Un asiento de clase ejecutiva tiene que ser un escritorio para trabajar, un centro de entretenimiento, un espacio para comer y también ser una cama. Asimismo, necesita ser cómodo en todas esas configuraciones", dijo James Park, diseñador que ha trabajado con Singapore Airlines y Cathay Pacific.
Cuando los asientos al frente de la cabina reciben más atención, se crea un problema de peso. Las aerolíneas, al intentar eliminar peso para reducir costos de combustible, han buscado equilibrar los asientos más pesados al frente, en parte, con asientos más ligeros en clase económica. Eliminar un kilo puede ahorrar hasta 800 dólares al año en costos de turbosina por asiento, de acuerdo con Hiller.
"En nuestro espacio limitado"; dijo Carole Peytavin, vicepresidenta de investigación y desarrollo en Air France, "la pregunta que necesitamos hacer es, ¿quién está dispuesto a pagar por ese nivel de comodidad?".
Glen W. Hauenstein, de Delta Air Lines, dijo que incluso con menos asientos en su cabina de clase ejecutiva, una aerolínea puede ganar más dinero al vender asientos similares a diferentes precios.
En clase ejecutiva, típicamente hay cuatro categorías de precios, que van desde 2 mil dólares, para boletos comprados con mucha anticipación, a 6 mil dólares para pasajeros de último minuto. Si la experiencia en el asiento es más placentera, la aerolínea puede cobrar extra.
Sin embargo, el asiento en sí tiene una vida limitada, que las aerolíneas y diseñadores dicen es de aproximadamente siete años.
Después de eso, luce "cansado" y los pasajeros esperan un aspecto renovado.
"Ya hemos comenzado a pensar en un nuevo asiento", dijo Bosler, de Lufthansa. Tal vez éste incluirá portavasos.
