Nota - Opinión - Pag. 30
Tribuna
Ariel Dulevich Uzal EX SUBSECRETARIO DE TURISMO DE LA NACIÓN
La mejor negación a la existencia de una política de Estado turística de la que el Gobierno hace alarde, y prueba de la improvisación imperante en materia de aerotransportación comercial -área clave para la "industria sin chimeneas"-, ha resultado la medida discrecional que la gestión de Cristina Kirchner ha tomado contra LAN, hecha efectiva a través del organismo que conduce un dirigente de "La Cámpora", mientras su "compañero" Mariano Recalde, Presidente de AA. AA., sin pudor alguno, mediante un comunicado que ofende la inteligencia de los argentinos al negar lo obvio de toda obviedad, declara que AA.
AA. es "totalmente ajena al conflicto", cuando la resolución 123/2012 del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos -que depende del Poder Ejecutivo-, es sólo el colofón de una dilatada secuela de agresiones contra LAN -de directa o indirecta responsabilidad de AA.AA.-, que ha convertido a la empresa en víctima de una discriminación progresiva orientada a sabotear sus servicios y a obstaculizar su operatoria, que hace ahora eclosión cuando las ventas del cabotaje declinan significativamente. En tal contexto deviene paradójico que el decreto 375/97 que crea el ORSNA trace como objetivo prioritario: "Asegurar la igualdad, el libre acceso y la no discriminación en el uso de los servicios e instalaciones aeroportuarias".
También el canciller apunta a minimizar la grave- dad de los hechos, sosteniendo que es una cuestión menor "entre una empresa y un organismo de aplicación". Su par de Chile, con metodología diplomática, afirmó: "Sin duda tenemos un problema".
La medida entraña una potencia extremadamente dañosa, que impacta de lleno a la actividad turística y sus consecuencias podrían afectarla gravemente en momento de vacas flacas, cuando la inflación ha licuado la ventaja comparativa de la paridad cambiaria, lesionando el turismo doméstico y congelando el receptivo extranjero a registros alarmantes, arrojando una balanza turística manifiestamente deficitaria. Los perjuicios para el turismo de un eventual éxodo de LAN han sido evaluados y denunciados por diversas entidades empresariales y sindicales del sector, advirtiendo que el cese de sus vuelos cancelaría más de un cuarto de millón de asientos disponibles por mes, comprometiendo seriamente la conectividad de destinos esencialmente turísticos como Córdoba, Salta, Neuquén, Mendoza, Iguazú y Bariloche. Ante la sombría perspectiva, no deja de sorprender el silencio del Ministerio de Turismo, que debió ser el primero en expedirse y tomar cartas en el asunto.
La controversia técnica se ha centrado en la nece- sidad operativa de un hangar, que se estima de valor insoslayable para la empresa, tornándose inviable su operatoria actual sin dicha infraestructura. Pero más allá de esta cuestión, queda al desnudo la clara intencionalidad política, inspirada y avalada desde el Gobierno y ejecutada por los jóvenes de "La Cámpora", empeñados en ocupar por completo el Aeroparque, expulsando la competencia para avanzar en el monopolio de la aerotransportación comercial. La experiencia demuestra que las formas monopólicas públicas son tan nocivas como las privadas y abren camino a la ineficiencia y la corrupción. Si cabe, aún más.
