correo de lectores
Viernes 15 de noviembre, vuelo 5522 de Austral de Río de Janeiro a Buenos Aires (Ezeiza). Nos anuncian que en 15 minutos aterrizamos. Hasta allí, todo bien. Llovía a cántaros, temporal. El aterrizaje fue con fuerte impacto en la pista, griterío del pasaje, y las empleadas tranquilizándonos. Luego el despiste, el avión gana terreno a campo traviesa, hasta detenerse previo impacto en la estructura de contención.
Bajamos por el tobogán. Empapadas, corremos entre el barro y la lluvia y después de un rato llega un vehículo que nos acerca al ómnibus de traslado de pasajeros, rumbo al edificio de la terminal. Allí, la escasa y lenta contención del personal, que accede a nosotros -que estábamos empapados y sentados en la cinta transportadora de equipaje- con mantitas, café y agua. Eran las 6 de la mañana. Cuatro horas después, recogemos nuestro equipaje. Preguntamos las causas del despiste y nos dijeron: "El fuerte viento". Aquí vienen los interrogantes. ¿Y la torre de control? ¿Y los modernos aparatos para prevenir? ¿Fue el viento lo que causó que dos aviones rozaran sus alas en pista una semana antes? ¿Cuáles son realmente las causas?
Sería saludable que alguien que sepa dé explicaciones de éste y de otros hechos similares.
María Alicia Martha Thomas
DNI 1.789.842
Haydée María Castelletti
DNI 4.857.527
