Nota - Economía - Pag. 9
• Los gremios ya hablan de pedidos del 27% al 30% para 2014.
• Quejas por obstáculos de trabajo en las negociaciones.
Por: Mariano Martín
El Gobierno no tendrá un cierre del año sencillo en el aspecto salarial. Con las negociaciones por adicionales de fin de año para compensar la inflación en plena efervescencia, esta semana se sumaron los conflictos policiales como elemento de referencia para las próximas paritarias. En gremios de ambas vertientes de la CGT (oficialista y opositora) reconocieron que en el actual contexto, los planteos para 2014 no bajarán del rango del 27 al 30 por ciento.
Los bonus de fin de año serán la prioridad para los principales sindicatos. Las organizaciones más afines al Gobierno comentaron que, en contra del discurso público de los funcionarios, hubo mensajes desde el Ministerio de Trabajo en cuanto a que no avalará con peso de ley los eventuales acuerdos alcanzados con el sector privado.
La herramienta a restringir por parte de la cartera laboral sería la homologación de esos entendimientos. Sin ese instrumento, cualquier acuerdo podría ser desconocido por empleadores contemplados en las negociaciones, sin sufrir consecuencias administrativas. Si bien la homologación es un mecanismo que en esencia ampara a los gremios con menor poder de fuego, su posible restricción encendió alarmas en sindicatos que no reportan al Ejecutivo.
Por caso, el gremio de los camioneros, de Hugo Moyano, que pretende obtener un adicional de $ 5.000 de fin de año, denunció que los transportistas de carga se negaron hasta ahora a negociarlo bajo el argumento de que en Trabajo les avisaron que no habría homologación posible. Un mensaje similar al que ya hizo público el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aunque sin la letra chica de la que dispone la cartera que conduce Carlos Tomada.
Además de los camioneros, negocian un bonus los trabajadores de la construcción (Uocra, $ 3.000), los mercantiles de Armando Cavalieri, el gremio de la Alimentación, los textiles (AOT), los municipales de varios distritos y los empleados de los peajes (Sutpa) encabezados por Facundo Moyano, entre otros.
Pero esta semana se incorporó un elemento nuevo, no previsto, a la problemática sindical. Los reclamos policiales, que apuntan de mínima a duplicar los salarios del personal de cada fuerza, amenazan con poner un piso nuevo y más alto para las paritarias del año próximo. Hasta un gremio hoy cercano al Gobierno, como la Asociación Bancaria, frenó el debate que tenía previsto iniciar con los dueños de las entidades financieras para generar un acuerdo salarial transitorio y así diferir hasta marzo la discusión que debía comenzar en enero.
En tanto que los panaderos de Abel Frutos, alineado con Moyano, comenzaron una sigilosa negociación con su cámara patronal con un reclamo cercano al 30 por ciento. El acuerdo salarial de ese gremio venció en noviembre. Por un plazo de diez meses de este año, Frutos alega haber obtenido ya un 30 por ciento de recomposición.
