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EL CAMIONERO REÚNE HOY A SU CENTRAL PARA EVALUAR LA CONVOCATORIA A OTRO PARO
La huelga y marcha de Camioneros mostró la inacción de la central oficial, donde se multiplican las disputas por la falta de respuestas del Gobierno a sus pedidos
ELIZABETH PEGER Buenos Aires
El contraste que divide aguas en el mundo sindical afloró esta semana en toda su dimensión. Así, después de haber desplegado todo su poder de fuego con el paro y la movilización del lunes, Hugo Moyano sigue enfocado en llevar a fondo su embestida contra el Gobierno sin atender los reproches de electoralista que le destinan desde la Casa Rosada. Más complejo es el escenario en la CGT más afín al Ejecutivo, comandada por el metalúrgico Antonio Caló, que sigue paralizada por la disputa abierta tras el armado de las listas de candidatos y no logra arrancarle a la presidenta Cristina Fernández respuestas concretas a sus principales reclamos, situación que ahonda el malestar de varios gremios de la entidad y redobla la presión por asumir algún gesto de independencia del Gobierno.
La jornada de protesta dispuesta por el moyanismo fue sobre todo efectiva por el golpe político que asestó a la central de Caló: el camionero se apoderó de un reclamo unánimemente compartido por la dirigencia sindical y evidenció el fracaso de la estrategia de alineamiento irrestricto con la Casa Rosada privilegiada por la cúpula de la CGT oficialista.
Moyano parece decidido a profundizar en esa línea. Hoy por la tarde reunirá al consejo directivo de su CGT con el propósito de discutir la convocatoria a un paro nacional de toda la central para exigir la urgente suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias y la universalización de las asignaciones familiares. La idea ya fue conversada por el camionero con el jefe de la CTA disidente, Pablo Micheli; con el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi; y con Gerónimo Venegas (Uatre) y hasta se evaluaron como fechas tentativas la última semana de julio o la primera de agosto.
No obstante, cerca el líder de la CGT opositora advirtieron ayer que la medida aún no está decidida y que esta tarde la cúpula de la entidad analizará su conveniencia, en especial por su cercanía en el tiempo con las primarias del próximo 11 de agosto. “Se va a evaluar qué es lo mejor”, comentó un dirigente, en tanto otro vocero moyanista apuntó: “Tampoco se puede parar a cada rato”.
En la vereda de enfrente, dentro de la CGT de Caló emerge la ausencia de debate como principal denominador. Y parece que ese statu quo persistirá por lo menos hasta después de las elecciones.
“No va a haber ruptura, pero tampoco reuniones, no hay posibilidad de conversar absolutamente nada”, afirmó ayer un importante dirigente de la entidad, sin ocultar su bronca por la inacción de la central para gestionar respuestas del Ejecutivo a sus reclamos.
No fueron pocos los referentes sindicales que en voz baja personificaron ayer en la figura de Caló los reproches por la falta de reacción de la entidad que posibilitaron a Moyano capitalizar para sí el reclamo por Ganancias.
“Se quejan de los que se van con (Sergio) Massa, pero con el Gobierno no consiguen nada”, criticó otro gremialista.
Hizo referencia así a la disputa abierta en la central a partir de la inclusión de Héctor Daer, dirigente de Sanidad y miembro del llamado grupo de los “gordos” como candidato a diputado en la lista del intendente de Tigre. Los “gordos” decidieron por ahora permanecer dentro de la entidad, aunque alertaron que no participarán de reuniones de “mesa chica” o consejo directivo hasta después de los comicios de octubre.Los pases de factura internos se replicaron también el fin de semana tras el llamativo silencio de Caló y el resto de la cúpula cegetista ante la decisión del Gobierno de denunciar penalmente al titular de La Fraternidad, Omar Maturano, por el pa ro ferroviario del miércoles pasado.
