Mendoza - Nota - Economía
La presión impositiva puede crecer, aumentando alícuotas o evitando ajustar por inflación las bases imponibles de los tributos.
Ismael Bermúdez - CC - Especial para Los Andes
La presidenta Cristina Fernández sorprendió el lunes pasado cuando afirmó que el Gobierno Nacional "lleva diez años de ejercicio sin aumentar un solo impuesto ni crear un nuevo impuesto".
"Me siento muy orgullosa de decir que pertenezco a un gobierno que lleva diez años de ejercicio sin aumentar un solo impuesto ni crear un sólo nuevo impuesto. Acá hay muchos industriales, empresarios, hombres de las finanzas, trabajadores, todavía recordamos cuando se crearon tablitas para descontar salarios, ahorros forzosos, cuando se quedaron con los ahorros o cuando crearon impuestos", dijo la Presidenta.
La afirmación presidencial es, en realidad, parcialmente falsa. Si fuera totalmente cierta, ¿cómo es que en pocos años la presión tributaria, como porcentaje del PBI, creció 16 puntos?
El aumento de la presión impositiva puede hacerse en forma directa -subiendo las alícuotas o con nuevos impuestos- o evitando ajustar por inflación las bases imponibles de los impuestos. Y también, claro, por el expediente inflacionario que castiga en mayor medida a los sectores de ingreso fijos y bajos.
Como en estos 10 años la inflación superó el 600% y los mínimos no imponibles y las deducciones se ajustaron mucho menos, en tanto las escalas sobre las que se aplican las alícuotas de Ganancias se mantuvieron congeladas, el resultado ha sido un incremento impositivo extraordinario.
Al mismo tiempo, a través de la emisión monetaria, el Banco Central fue alimentando una inflación sostenida en los últimos años del 25% anual, financiando un déficit fiscal creciente.
A eso se agrega que el Gobierno mantuvo y profundizó la mayor presión impositiva puesta en marcha por el gobierno de la Alianza (suba del IVA al 21%, creación del impuesto al cheque, baja del mínimo no imponible de Ganancias e incremento de las alícuotas).
Todo esto explica, en gran parte, el fenomenal crecimiento de la presión tributaria que supera el 37% del PBI. El Instituto de Análisis Fiscal (Iaraf) a modo de ejemplo, señala que un trabajador que en 2001 tenia ingresos que superaban en un 50% los mínimos, tributaba entonces el 9% sobre ese excedente.
En 2013, pagará "por ese excedente una alícuota efectiva del aproximadamente el 19%, es decir más del doble que en 2001". Además, mientras en 2001 el 9,7% de los asalariados tributaba Ganancias, en 2013 se calcula que casi el 30% de los trabajadores estará alcanzado por este tributo.
"Para el caso de las empresas, la ley de impuesto a las Ganancias previó el mecanismo de ajuste por inflación impositivo y el ajuste de las depreciaciones de activos fijos, sin embargo, por la ley de emergencia económica, su aplicación está suspendida", subraya el Iaraf.
Así, una empresa con capital positivo se ve perjudicada, en tanto la que tiene capital negativo abona un impuesto inferior.
En Bienes Personales, los parámetros de cálculo no se modifican desde 2007. "El notable incremento en la valuación nominal de inmuebles y automotores ha provocado que muchas familias hayan pasado de estar excluidos a ser contribuyentes, o hayan subido en la escala de alícuota, aún con la misma casa o similar automóvil".
Desde enero de 2010, las escalas de las distintas categorías del Monotributo se mantienen sin cambios. Y como los valores de facturación crecen al ritmo de la inflación, los pequeños contribuyentes deben recategorizarse, pasando a pagar un incremento más que proporcional en la cuota cuando sus ingresos reales no mejoraron sino que apenas acompañaron a la inflación.
Para las categorías más altas, la falta de ajuste de las escalas lleva a que superen el tope del Monotributo y pasen al Régimen General, mucho más caro.
Los autónomos tienen un mínimo no imponible más bajo. Y en el caso de honorarios, las retenciones se aplican a todos los pagos que superan los $ 1.200, un valor congelado desde hace 13 años.
A esta mayor presión tributaria nacional, "indirecta", se sumaron Provincias y Municipios a través del aumento de las alícuotas, como en Ingresos Brutos o impuestos municipales, y también por medio del incremento de las base imponible de los impuestos inmobiliarios o las tasas de Alumbrado, Barrido y Limpieza, en porcentajes superiores a los incrementos nominales de salarios o ingresos.
