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22/07/2013 La Nación

Nota - Política - Pag. 10

Varios gremios de la CGT oficialista prevén sumarse al nuevo paro de Moyano

Frente sindical

La UTA y La Fraternidad podrían apoyar una medida de protesta de la central opositora; debate interno

Por Nicolás Balinotti

LA NACION

A pesar de estar virtualmente fracturada y con su agenda detenida, la CGT oficialista mantiene abiertos sus canales de diálogo interno. Durante los últimas semanas, en el ida y vuelta de mensajes, surgió una propuesta que, de concretarse, modificaría el mapa sindical. Un puñado de gremios sugirió sumarse a la futura protesta que activará el gremialismo opositor en contra del impuesto a las ganancias y a favor de universalizar las asignaciones familiares. Es decir, los gremios kirchneristas evaluarán plegarse al paro general que llamarían la CGT moyanista y la CTA disidente después de las elecciones primarias.

Pero el acto de rebeldía, impulsado por los colectiveros de la UTA y los ferroviarios de La Fraternidad, fue neutralizado de inmediato por la cúpula de la central oficialista. Antonio Caló, en su rol de jefe, intercedió con una postura que algunos interpretaron como un ultimátum a la Casa Rosada: presionar con las viejas reivindicaciones salariales y tributarias antes de las elecciones legislativas del 27 de octubre próximo. "Hay que especular con las necesidades que tendrá el Gobierno", planteó un dirigente gremial de buena llegada a funcionarios kirchneristas.

Es probable que antes de octubre Hugo Moyano y Pablo Micheli retomen la iniciativa gremial y vuelvan juntos a la calle con exigencias similares a las que piden sus rivales de las otras centrales. El anhelo del jefe de los camioneros es sumar a la UTA y a La Fraternidad. Ya hubo contactos y es posible que lo logre. Hubo un acercamiento con el líder de la UTA, Roberto Fernández, que está dispuesto a parar, aunque no a cruzar de vereda a la CGT moyanista . También se avanzó en un trato con los delegados de la línea 60, el ala más combativa del transporte urbano en la Capital Federal y en la zona norte del conurbano.

Desde hace tiempo que estaba roto el diálogo entre Moyano y Omar Maturano, de La Fraternidad. Sin embargo, la denuncia penal que le aplicó el Gobierno por lo que fue el paro de los maquinistas reactivó los canales de comunicación. Maturano no recibió ningún mensaje de apoyo de su CGT, salvo una llamada de Roberto Fernández el mismo día que la estación Constitución era blanco de los destrozos. A Maturano ni siquiera lo apoyó la Unión General de Asociaciones Sindicales de Trabajadores del Transporte, de la que es presidente. Hubo un sugestivo silencio.

Según su entorno, Maturano todavía frecuenta despachos oficiales y personalizará a futuro su batalla con el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Mientras tanto, él y otros gremios ferroviarios evalúan plegarse a una eventual protesta. Lo decidirán sobre la marcha.

En el último encuentro de la CGT moyanista, Gerónimo Venegas, referente de los peones rurales, fue el único que quiso irse de Azopardo con la fecha del paro definida. Propuso el jueves 15 de agosto, tal vez con la especulación de que los resultados electorales de las primarias empujarían a otros gremios a sumarse a la medida. El planteo de Venegas fue rechazado por el consejo directivo, aunque se acordó analizar la cuestión a fondo después de lo que expresen las urnas el 11 de agosto.

"Antes del 27 de octubre habrá un paro general sí o sí. Que lo llamen político si quieren. Pero somos los únicos que tenemos la iniciativa gremial para reivindicar los reclamos por Ganancias", dijo a LA NACION un dirigente que frecuenta a Moyano todos los días, tarde y noche.

La conflictividad gremial en las calles parece inevitable. Además de apropiarse de una demanda que cada vez impacta en más bolsillos, Moyano y Micheli incomodan con sus acciones al gremialismo oficialista. Ambos tomaron nota de que algunos de sus rivales más acérrimos avalaron las razones de la última huelga de los camioneros en contra del impuesto a las ganancias.

Otra fractura

La CGT oficialista intentará dejar de lado la fractura que generó la incorporación de algunos de sus dirigentes en la lista de candidatos del Frente Renovador de Sergio Massa. Apuesta a simular cierta reacción con una propuesta para gravar la renta financiera como alternativa para modificar el mínimo no imponible del tributo de ganancias. Nada nuevo.

Lo cierto es que el bosquejo que hizo circular por estos días el docente Horacio Ghilini es casi similar al que le acercaron al Gobierno a principios de año. En el borrador de enero, que fue revelado por LA NACION, se pedían elevar a más de un 50% los topes del mínimo no imponible y establecer un impuesto a las transacciones de la Bolsa de Valores y del Mercado Abierto Electrónico.

El ruido que levantó Ghilini con su borrador va de la mano de la maniobra del diputado kirchnerista Héctor Recalde, que también avanza con un proyecto de ley para gravar la renta financiera como metodología para bajar la presión que genera el impuesto a las ganancias. Hasta el momento, son sólo iniciativas y no hay nada concreto. Como es habitual, la última palabra la tendrá la presidenta Cristina Kirchner.

Diálogos en reserva

Sindicalistas antagónicos empezaron a hablar

Hugo Moyano / Jefe de la CGT opositora

Es probable que antes de octubre Hugo Moyano y Pablo Micheli retomen la iniciativa gremial y vuelvan juntos a la calle con un paro total para exigir la eximición del impuesto a las ganancias

Omar Maturano / Gremialista de La Fraternidad

Maturano, de La Fraternidad, y la UTA retomaron el diálogo con Moyano y no descartan sumarse al paro de la CGT opositora. Desafiarían así a Caló


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