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al servicio del viajero
Rafael Roa
raroa@clarin.com
Hace algunas semanas, la compañía Samoa Air, una pequeña aerolínea de Samoa, anunció la creación de una clase "XL" para los pasajeros de "gran tamaño", con filas de asientos extra anchos (entre 30 y 35 centímetros adicionales) y rampas especiales para ayudarles a llegar a sus lugares en los aviones. Se trata de una segunda medida que toma Samoa Air con respecto a sus pasajeros con obesidad, ya que, a fines del año pasado había instrumentado un polémico procedimiento bajo el lema de "un kilo es un kilo", que le permitió comenzar a cobrar a los pasajeros tarifas basadas en su peso en lugar de tener un precio fijo por asiento. La idea podría parecer sensata: Samoa, un país que comprende un grupo de islas perteneciente al archipiélago de la Polinesia sobre las aguas del Océano Pacífico sur, es uno de los que cuentan con una de las tasas más altas del mundo en materia de obesidad, según especifica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la Argentina, en cambio, las reglas para los viajes en avión de las personas con obesidad (o "cor pulentas", como se las suele definir) no son tan claras. Las exigencias y requisitos varían según la compañía aérea que se contrate para el viaje. Y es muy probable que, si no se realizan un serie de trámites que deben ser presentados en tiempo y forma, la aerolínea no les permita subir al avión.
"Para personas como nosotros, viajar siempre fue un tema muy angustiante. Una vez, hace alrededor de dos años, me pasó que fui a tomar un avión a aeroparque y no me dejaron subir. Yo hice la cola para abordar el avión pero pasaron todos los pasajeros menos yo. Me morí de la vergüenza. vMe dijeron que sólo podía viajar si abonaba un segundo pasaje", contó Gastón Guerrero, un participante del programa televisivo "Cuestión de Peso", que en ese momento pesaba 245 kilos.
De las compañías aéreas que operan en el país, Aerolíneas Argentinas y Austral (gracias a la firma de un acuerdo de mutua cooperación con el INADI) son las únicas que no cobran ningún tipo de recargo en estos casos. Generalmente, se ubica a las personas con esta problemática en primera fila o en la salida de emergencia, donde es mayor el "pitch" (distancia entre asientos).
"Estas compañías son pioneras en establecer esta facilidad del segundo asiento (extra seat, es decir, asiento extra) en forma gratuita. Ya lo aplica en vuelos de cabotaje desde mayo de 2009 y desde noviembre de 2010 lo aplica en vuelos a países limítrofes", informaron desde las oficinas de la compañía, y agregaron que el extra seat tiene dos puntos que el pasajero debe cumplir: reservar los asientos 48 horas antes del vuelo y presentar un certificado médico.
Otras compañías como KLM, Air France, LAN y Air Canada poseen otros procedimientos para los pasajeros que padecen obesidad. Todas cobran un "plus" por un asiento adicional (generalmente del 75% del valor total) que luego, eventualmente, pueden llegar a reembolsar si en la sección que viajaron había butacas vacías.
Sin embargo, avisan en sus respectivas páginas de Internet que el pedido del extra seat debe hacerse con antelación y que su aprobación dependerá de la disponibilidad con la que cuente la compañía en esa fecha.
