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29/06/2013 Infonews - Internet

Nota

Subsidios que vuelan

Usted puede saber que la empresa Colectiveros Unidos S.A. (la línea porteña 106) recibió el año pasado 45,3 millones de pesos en subsidios, y 13,9 millones en los primeros cuatro meses de este año, de los cuales el 54 por ciento fue dinero destinado a pagar sueldos.

Pero le está vedado informarse sobre cuánto factura Aerolíneas Argentinas por año, o por mes, o por el período que quiera.

Usted puede averiguar que a la empresa Micro Ómnibus Quilmes S.A. (líneas 159, 219 y otras) le otorgaron en el primer cuatrimestre de este año subsidios por 358.000 pesos que se usaron en su totalidad para pagar combustible, o que a la Empresa Municipal de Transporte Urbano de Chivilcoy (los pagos del ministro Florencio Randazzo) le dieron en igual período 4,2 millones que le sirvieron para cubrir la factura de combustible (16 por ciento) y el costo laboral (81 por ciento).

Pero ni intente, porque va a fracasar, enterarse de cuál es el costo laboral o el costo de combustible de AA.

Si lo desea, también puede acceder a los subsidios que reciben los ferrocarriles. A las seis líneas les entregaron el año pasado 4.708 millones de pesos, y en la primera mitad de este año 2.730 millones, de los cuales tres cuartas partes se destinaron a abonar sueldos. Al ramal Roca le correspondieron los montos más abultados: 1.895 millones el año pasado y 1.001 millones entre enero y junio de 2013.

No pretenda obtener información tan detallada de AA. Si, por ejemplo, se le ocurre preguntar por el déficit de la compañía aérea, se va a quedar con las ganas.

Es notable el contraste entre la transparencia informativa sobre los multimillonarios subsidios al transporte y el ocultamiento de los números claves de AA. Los datos sobre subsidios están disponibles en la página del Ministerio del Interior y Transporte en el link Aporte de todos los argentinos al transporte público de pasajeros.

Hace rato que AA no publica balance. Sí difunde anualmente un informe de gestión, pero que carece de los más elementales datos para realizar una evaluación completa. En el informe 2012 destacan, entre otros logros, la incorporación de 14 aviones; la homogeneización de la flota (Embraer para Austral, Boeing para vuelos de cabotaje y regionales de AA, y Airbus para internacionales); la reducción de la edad promedio de los aviones (19 a 7 años); el ahorro de 60,5 millones de pesos gracias a la puesta en marcha del Cefepra (Centro de Entrenamiento y Formación de Pilotos); la inversión de 18,5 millones de pesos en equipamiento para aerohandling (micros, cintas para equipaje, pallets, etc.); otro ahorro de 66,9 millones por optimización en el uso de combustible; la articulación de corredores federales que conectan distintos puntos del interior del país sin necesidad de hacer escala en Buenos Aires; y una marca de puntualidad del 77 por ciento.

Pero no hay ni una cifra sobre ingresos, costos, resultados, inversión total, endeudamiento y aportes del Tesoro.

Respecto de los aportes del Tesoro, la gacetilla que AA difundió a principio de mes es reveladora del esmero en ocultar los números. Comienza así: Debido a los mejores resultados obtenidos por el Grupo Aerolíneas Argentinas, en el segundo semestre del corriente año las transferencias solicitadas al Estado Nacional para financiar gastos corrientes se redujeron en un 30 por ciento en relación a las ejecutadas en igual semestre del año anterior. La gacetilla no aclara el monto de los resultados, ni el de las transferencias solicitadas para el próximo segundo semestre, ni las de la segunda mitad del año pasado, ni cuánto es ese 30 por ciento. Las consultas a la empresa por estos temas no fueron respondidas.

El único dato que puede servir como aproximación al déficit de AA surge del seguimiento de la ejecución del Presupuesto del Estado Nacional. Según la información al día de la Secretaría de Hacienda, en lo que va del año la partida Formulación y Ejecución de Políticas de Transporte Aerocomercial lleva devengado 1.592,61 millones de pesos, que representan la mitad de lo presupuestado para todo el año. Si todo es dinero para AA, el déficit diario calculado al tipo de cambio oficial supera con holgura el millón y medio de dólares.

Si bien el déficit de una empresa estatal no debe ser tomado como señal de ineficiencia ni mucho menos como señal de fracaso, el oscurantismo informativo despierta sospechas inevitablemente. ¿Por qué razón lo hacen?

Los datos parciales que se conocen, y la opinión muy mayoritaria de los usuarios habituales de AA, coinciden en sostener la idea de que la compañía funciona mucho mejor que cuando estaba en manos privadas. Falta saber a qué costo se logró la mejora, y esa falta empaña el avance.

Es curioso el contraste entre la transparencia informativa con los subsidios al transporte y el ocultamiento con AA, siendo que ambos temas están bajo la órbita de Florencio Randazzo. El dinero para AA también es un aporte de todos los argentinos al transporte público de pasajeros, tal como se presentan los datos sobre subsidios. La explicación tal vez radique en que AA depende formalmente del Ministerio del Interior y Transporte pero en la práctica goza de autonomía política.

Los 3.124 millones de pesos presupuestados para Transporte Aerocomercial equivalen al 28 por ciento de los 11.096 millones asignados a Transporte Automotor y al 59 por ciento de los 5.275 millones previstos para Transporte Ferroviario. ¿No es desproporcionado que AA reciba 59 pesos por cada 100 que reciben los trenes?

Si de desproporciones se trata, lo que sucede con el conjunto de los subsidios es grave. En los primeros cinco meses del año el total de subsidios insumió casi 40.000 millones de pesos, con un alza del 40 por ciento respecto de igual período del año pasado. De ese monto, trenes y colectivos absorben el 22 por ciento, y el grueso se usa para compensar la política de tarifas de gas y electricidad baratas para todos y todas: 25.800 millones de pesos desde enero a mayo, lo que implica un 80 por ciento más que en los primeros cinco meses de 2012.

El argumento oficial para haber frenado la aplicación de sintonía fina en quitar subsidios a sectores acomodados es que de esa manera se incentiva el consumo. Con esa lógica indiscriminada entre ricos y pobres, el Gobierno bien podría justificar una rebaja de impuestos a los que más tienen. Es decir, un disparate.


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