Nota - Política - Pag. 10
Gremios
Le garantizó que no modificará el sistema de salud, pero no dio señales sobre el pago de la deuda reclamada
Por Nicolás Balinotti
En tropa, la cúpula de la CGT alineada con la Casa Rosada llegó aye r a la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS) con un discurso combativo. La preocupación acerca de un posible avance del Estado sobre el control de las obras sociales sindicales había puesto a los dirigentes en pie de guerra. Incluso, uno de ellos se animó a lanzar una eventual medida de fuerza en las narices del organismo que administra los fondos de la salud.
Pero nada de eso sucedió. La jefa de la SSS, Liliana Korenfeld, les garantizó, en nombre de la Presidenta, que el Gobierno no tiene intenciones de modificar el sistema de salud y de avanzar sobre el control de las obras sociales. La funcionaria santacruceña rompió el hielo con esta declaración, que ayudó a calmar los ánimos de los ocho sindicalistas que poblaron su despacho, en el tercer piso de Sáenz Peña 530.
"Lo más importante es que no tocan a las obras sociales", dijo Antonio Caló, el líder de la CGT oficialista, después de casi tres horas de reunión con la funcionaria santacruceña. José Luis Lingeri, del gremio estatal de Obras Sanitarias, también celebró: "El modelo -aseguró- no se modifica y no está en discusión".
Sin embargo, la euforia sindical parece fugaz. Korenfeld no dio certezas sobre la deuda que demandan los gremios. Según la central obrera, el Gobierno debería distribuir unos 15.000 millones de pesos que se atesoran en el Fondo de Redistribución Social (FRS) como aporte de los salarios de los trabajadores. Este reclamo unifica las fuerzas de todas las centrales, tanto de las kirchneristas como de las opositoras, como las que encabezan Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y el ceteísta Pablo Micheli.
Ante el discrecional reparto del dinero del FRS por parte del Estado, la CGT oficialista le sugirió a Korenfeld dos alternativas para abrir el grifo y comenzar con la distribución de los aportes. El primer pedido fue atender las urgencias de las obras sociales sindicales que estén con sus finanzas en rojo y con los pasivos más gruesos. Y la otra opción es iniciar un plan de obras para construir centros de salud en el interior del país o modernizar los hospitales ya existentes con la compra de equipamiento.
Korenfeld no garantizó una solución sobre la millonaria deuda. Se limitó a decir que el destino de ese dinero "depende de más arriba". Es decir, el control y la última palabra serán siempre de Cristina Kirchner.
"Es cierto que es difícil que nos den los 15.000 millones de pesos, y más si estamos en un año electoral. Pero ese dinero nos corresponde porque es el aporte de todos los trabajadores y empresarios. Tenemos derecho a exigir esa plata", dijo Lingeri, que ocupó el cargo de jefe de la Superintendencia durante el menemismo.
Pacientes con discapacidad
La CGT, por otra parte, tomó como un logro el compromiso de Korenfeld para activar un padrón único de pacientes con discapacidad. La funcionaria prometió ponerlo en marcha dentro de los próximos 40 días. Esto garantizaría un mayor control de los medicamentos para los discapacitados, que suelen ser los más costosos, además de que agilizaría el pago de los reintegros.
También hubo promesas oficiales para destrabar los fondos que se adeudan por los reintegros de la disuelta Administración de Programas Especiales (APE). Se trata de miles de expedientes previos a 2012 que aún no se pagaron y que quedaron bajo sospecha tras el estallido de la causa judicial denominada mafia de los medicamentos, que siguen de cerca los jueces federales Norberto Oyarbide y Claudio Bonadio.
La deuda de la APE residual, como la llaman los gremios, alcanzaría los 2500 millones de pesos. El Gobierno se había comprometido el año pasado, al anunciar un nuevo sistema de reintegros, que cancelaría esta deuda "en el corto plazo", algo que todavía no sucedió.
Por parte de la CGT, al encuentro con Korenfeld asistieron Caló, Lingeri, Omar Viviani, Andrés Rodríguez, Oscar Lescano, Gerardo Martínez, Carlos West Ocampo y Ricardo Pignanelli. Todos coincidieron en que "por ahora bajó un poco la tensión" con el Gobierno.
La puja por una caja millonaria
Claves del reclamo que hacen los gremios al Estado
Deuda millonaria
La CGT reclama al Estado el pago de unos 15.000 millones de pesos que se atesoran en el Fondo de Redistribución Social (FRS), adonde van todos los aportes de los trabajadores
Agilizar los reintegros
Demandan que se agilice el pago de los reintegros por los medicamentos, sobre todo de los de alta complejidad. Hay expedientes de 2011 aún sin pagar, según los gremialistas
Padrón de discapacidad Piden que exista un padrón de pacientes discapacitados para mejorar el control. Además, se quiere que los monotributistas aporten más dinero
