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19/11/2013 - urgente24.com - Nota

Cristina ignora a las urnas, toma la iniciativa y busca arrinconar a la oposición

EL REGRESO

por EDGAR MAINHARD CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Luego de las elecciones primarias del domingo 11/08 , Cristina Fernández de Kirchner fue advertida por sus consejeros que el resultado podría resultarle más adverso aún el domingo 27/10 . El episodio médico fue una desgracia con suerte porque le facilitó la salida de escena , invocando un verificable motivo de fuerza mayor. Probablemente entonces ella decidió darle más volumen a su dolencia y la Secretaría de Inteligencia fue muy eficiente 'filtrando' todo lo necesario para mantenerla 'invisible' hasta el 18/11, victimizándola si fuese posible.

El lunes 18/11 Cristina regresó a sus tareas presidenciales con un spot publicitario de lenguaje amable y, trascartón, ejecutó el cambio de gabinete reclamado por propios y extraños , que va en una dirección contraria al tono del aviso de propaganda que ella subió a la red social YouTube. Sin embargo, hay una curiosa coherencia entre ambas decisiones disímiles: tanto en la amabilidad del videoclip como en las definiciones políticas que suponen los cambios de gabinete hay un desconocimiento explícito del resultado electoral.

Cristina decidió obviar la derrota que pudo minimizar con su problema de salud, y regresó intentando fabricar una supuesta mejora en su imagen pública que introduzca, y hasta legitime, "la nueva etapa " que anticipa el cambio de gabinete.

La Presidente de la Nación reconoce, sólo en su intimidad aunque nunca lo afirmará hacia afuera, que ella se equivocó con sus decisiones de colaboradores en la euforia de 2011: ni Amado Boudou fue el vicepresidente de la Nación que ella pretendía ni Juan Manuel Abal Medina (hijo) resultó el jefe de Gabinete de Ministros que ella necesitaba .

Al encumbrar a Boudou, ella postergó al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich , quien hasta último momento compitió por ocupar alguna de las vacantes, y perdió ambos casilleros posibles: Vicepresidencia de la Nación y Jefatura de Gabinete. Cristina ya no puede modificar el binomio presidencial que fue bendecido por las urnas con el 54,11% pero Abal Medina (hijo) se encontraba a tiro de decreto , y su desempeño no fue tan siquiera decoroso.

Capitanich ahora sí consigue la Jefatura de Gabinete, un cargo que él conoce porque cuando era senador nacional por Chaco, en enero de 2002, Eduardo Duhalde lo designó en ese cargo . No le fue bien en aquella oportunidad. Capitanich y Jorge Remes Lenicov fueron despedidos por Duhalde durante su gran crisis de desborde cambiario, y reemplazados por Alfredo Atanasof y Roberto Lavagna , respectivamente. Recién entonces Duhalde logró estabilizar su breve gestión presidencial interina. Ahora Capitanich tiene la oportunidad de una revancha.

A Capitanich le ofrecen la posibilidad de, si tuviera éxito en esta ocasión, competir en 2015 en nombre del Frente para la Victoria, tal como lo desea Capitanich, según él anticipó en varias entrevistas periodísticas. Durante el encuentro del instituto justicialista Gestar, en la ciudad de Corrientes, antes de los comicios en esa provincia, Capitanich ya había negado que hubiese consenso en respaldar a Daniel Scioli como el candidato oficialista.

A Cristina Fernández de Kirchner, por motivos a veces difíciles de entender, siempre le entusiasman las críticas a Scioli, o las dificultades que pueden hacerlo tropezar. Y eso no ha cambiado en la Presidente supuestamente 'amigable' del spot publicitario difundido el lunes 18/11. Por lo tanto, ella decidió premiar a Capitanich.

De Mercedes a Martín A Cristina le molesta, además, cualquier crítica pública a su gestión , y cuando provienen de sus subordinados no se los perdonará nunca.

Por ejemplo, Martín Insaurralde se encuentra condenado desde que, durante la campaña, él habló de inseguridad e inflació n. Otro ejemplo: Mercedes Marcó del Pont perdió su poltrona en el Banco Central porque resultó demasiado explícita en su discurso -durante las jornadas que organizó la autoridad monetaria hace 1 semana-, acerca de la inflación y la pérdida de reservas del BCRA.

Cristina Fernández de Kirchner considera que sus subordinados sólo pueden manifestar reparos o disidencias si dejan de ser subordinados. Al revés: manifestar reparos o disidencias implica dejar de ser colaboradores o funcionarios o aliados , etc.

Es la Cristina de siempre. En verdad, no hay otra Cristina.

Ella ahora confía en que Jorge Capitanich será mejor gerente general que Abal Medina (hijo). En verdad, no hay que esforzarse mucho al respecto. En el caso de Capitanich, él conoce la función pública mejor que Abal Medina (hijo), pero tiene la ventaja de que es tan dócil como éste . Capitanich fue menemista con Carlos Menem (cuando frecuentaba mucho a Jorge Rodríguez en la Jefatura de Gabinete), fue duhaldista con Duhalde, fue kirchnerista con Néstor Kirchner y es cristinista con Cristina Fernández.

Él es un devoto del pragmatismo.

No es el caso de Axel Kicillof pero la gestión de Hernán Lorenzino se encontraba agotada desde hacía mucho. Probablemente, desde antes que Cristina lo designara ministro, propuesto por Amado Boudou en días de mayores expectativas de la Presidente acerca de su compañero de binomio.

Kicillof ha resultado un aliado tan permanente como importante de Guillermo Moreno , influyente secretario de Comercio Interior. Sus diferencias, hasta ahora, resultaron mínimas. Juntos pudieron cercar a Julio De Vido, desgastar a Marcó del Pont, marcarle límites a Ricardo Echegaray y domesticar a Lorenzino.

Sin embargo, con los cambios más derrotado que Julio De Vido fue Diego Bossio , el titular de la Administración Nacional de Seguridad Social, quien era el candidato a ministro de Economía lanzado por la mayoría de los gobernadores integrantes de Gestar, y que p ropiciaba algunas correcciones en la política económica muy diferentes a las medidas que anunciará Kicillof.

Ocurre que Kicillof no sólo es partidario de un desdoblamiento cambiario sino también de otras medidas en materia de política monetaria y regulaciones que no serán rectificaciones.

Hasta ahora, Kicillof ha demostrado conocer poco de política económica pero él sí tiene un lenguaje político que seduce al voluntarismo ignorante de Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro, Mariano Recalde y Andrés Larroque , quienes tienen acceso permanente a la Presidente de la Nación.

En ese contexto, Cristina obtiene un logro inicial con Kicillof: un ministro con poder político y con acceso propio a la ' mesa chica', situación que no ocurrió hasta ahora en el kirchnerismo.

Por ese motivo, con Kicillof ministro, tanto el Banco Central como el Banco Nación ejecutarán las decisiones de política monetaria del Palacio de Hacienda. En el caso del BCRA, Juan Carlos Fábrega -quien se desempeñará al frente del Central 'en comisión' hasta que el Senado trate el pliego enviado por el Ejecutivo-, él no entiende de programación monetaria y cuestiones complementarias. No husmeará en ese aspecto de su gestión.

Pero Fábrega abandona aquello que no quería soltar, el Banco de la Nación Argentina , que es su casa, el escenario que conoce en detalle, quizá mejor que todos. Se lo dejó a Juan Ignacio Forlón , otro de los jóvenes amigos de Máximo, integrante de la bolsa de trabajo La Cámpora.

¿Qué conoce de gestión de un banco el tal Forlón? Nada.

Pero Kicillof tampoco conocía ni de gerenciamiento ni del negocio aerocomercial cuando fue gerente general de Aerolíneas Argentinas. El conocimiento profesional no es una cuestión que interese en la Administración del Frente para la Victoria sino la obediencia a la voluntad política de los Kirchner.

Ese es un concepto no negociable y acompañará a Cristina hasta el último día de su gestión.

A propósito: ella no ha abandonado ninguna de sus ambiciones sino que las encubre. Ella se encuentra intentando un relanzamiento.

Y cuenta para ello conque los dirigentes políticos opositores, según Cristina, han decidido cederle la iniciativa.

Es posible que Cristina tenga razón pero también es cierto que las grandes movilizaciones contra Cristina nunca fueron convocadas por los políticos opositores . El freno a Cristina se lo impuso la calle.

Y en ese punto puede haber novedades. Tal como lo afirma Miguel Peirano , ex ministro de Economía de Néstor Kirchner, y hoy día un economista del Frente Renovador, Los cambios en sí mismo no permiten evaluar un reconocimiento de los significativos problemas económicos. Mientras sigan funcionarios como Moreno, se sigue permitiendo la arbitrariedad en las reglas de juego. Es un momento donde son ineludibles decisiones económicas que disminuyan la inflación, cambien la tendencia de pérdida de reservas, corrijan al menos parcialmente desequilibrios macroeconómicos y se generen fundamentos que permitan un mejor desenvolvimiento económico, en base a una mayor confianza y consistencia en las decisiones.

Lo que viene será apasionante, mal que le pese a Cristina. El drama será sufrirlo desde adentro y no poder mirarlo como si fueran acontecimientos en otro país.


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