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El director general de la compañía, Ralf Aasmann, asegura que tienen demanda para duplicar la cantidad de vuelos, pero están a la espera de que el gobierno autorice adaptar los aeropuertos para que puedan aterrizar los súper jumbos Airbus-380
JOAO JOSÉ OLIVEIRA San Pablo
El dueño de la mayor flota de aeronaves Airbus-380, el avión más grande del mundo, dijo que la infraestructura aeroportuaria brasileña, inferior a la de vecinos como Chile y Ecuador, está frenando su expansión en el país. Para Emirates, la demanda en las rutas que unen Emiratos Árabes y Brasil se encuentra reprimida y podría duplicarse si hubiera un aeropuerto capaz de recibir a los súper-jumbos.
“Tenemos demanda para aumentar la oferta a través de aeronaves más grandes, pero Brasil todavía no puede recibir esos aviones”, dijo a Valor el director general de la compañía de Emiratos Árabes, Ralf Aasmann, un alemán que vive en Brasil hace más de 40 años.
Por sus dimensiones, los súperjumbos demandan adaptaciones en los aeropuertos, como la remoción de obstáculos cercanos a la pista por el tamaño de las alas. La envergadura del ala del A- 380, con 80 metros, equivale a más de dos 737-700 unidos.
Cabe al operador del aeropuerto adaptar la infraestructura y someter el pedido al organismo regulador, la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac). Con la privatización de Guarulhos, el nuevo concesionario, GRU Airport, solicitó en junio un pedido de certificación del avión. La agencia afirmó que está analizando el pedido, sin plazo para brindar una respuesta, que depende de la reforma de la pista, que debería iniciarse la semana próxima y concluirse en un período de 70 días.
Emirates opera actualmente 14 vuelos semanales entre el país y Emiratos Árabes.
Son dos vuelos diarios, uno entre Dubai y San Pablo (aeropuerto internacional de Guarulhos), y otro entre Dubai y Rio de Janeiro(aeropuerto Galeao).
Las aeronaves utilizadas en esas rutas, el Boeing 777-300ER y el 777-200LR, pueden transportar entre 266 y 442 pasajeros, de acuerdo a la configuración del avión, lo que otorga a Emirates una capacidad potencial máxima que varía de 3.700 a 6.200 personas en sus catorce vuelos semanales. El A-380, que transporta hasta 517 personas, podría aumentar esa capacidad potencial más allá de los 7.200 pasajeros semanales.
El problema es que esa aeronave no puede aterrizar en Brasil, al igual que el modelo 747-8, de Boeing, con entre 400 y 500 asientos.
El director general de Emirates dijo que ese problema no quita a Brasil de los planes de crecimiento de las aéreas internacionales porque el país es el mayor mercado de América del Sur. “Para la estrategia de una empresa global, como el caso de Emirates, tener presencia en América del Sur es fundamental. Y Brasil es el (mercado) más importante. Chile y Ecuador tienen una infraestructura mejor, pero son mercados pequeños”.
Aasmann señaló que el transporte de cargas de la empresa a Brasil creció este año más de 30%, con el aumento de tres a cuatro vuelos semanales. Datos de la Cámara de Comercio Árabe Brasileña mostraron que Brasil representa 37% de los intercambios comerciales entre Dubai y América latina. En los primeros cinco meses del año, el comercio bilateral entre Brasilia y Emiratos Árabes creció 37%, a u$s 1.600 millones.
En 2013, el número de brasileños que pasó por el aeropuerto internacional de Dubai creció 61% en relación a 2011, alcanzando los 300.000 pasajeros. Con el foco en esa demanda, Emirates negociaba desde hace tres años la posibilidad de volar a Guarulhos con el A-380.
Según el director general de la empresa en Brasil, la falta de infraestructura no es el único factor que explica la expansión limitada de la participación del país en los ingresos globales de Emirates, que facturó u$s 21.100 millones en el año fiscal que cerró en mayo de 2013, 14,7% más que en la temporada anterior.
El ejecutivo criticó la red aérea brasileña por su desequilibrio, debido a que se encuentra sobrecargada en el aeropuerto de Guarulhos. Pero admitió la relevancia que tiene Brasil en la estrategia de Emirates, lo que justifica el ingreso de la compañía en el capital de una empresa aérea local, a largo plazo. “No hay límites para Emirates”, concluyó Aasmann.
El ejecutivo criticó la red aérea brasileña por su desequilibrio, debido a que se encuentra sobrecargada en el aeropuerto de Guarulhos
