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28/10/2013 - La Nación on line - Noticias

El desolado búnker del FPV: una foto de "familia" y un selecto grupo de La Cámpora

En el teatro de un hotel, Boudou, Scioli e Insaurrralde se repartieron los roles para ponerle el pecho a la derrota

"Ricardo, Ricardo, garantizame los bombos, eh..." Uno de los organizadores del búnker del Frente Para la Victoria le habla alterado al handy. Afuera del teatro, un grupo de militantes se pierde en la inmensidad de la Avenida 9 de Julio. Puertas adentro, algunos dirigentes se animan a romper el silencio, en una pequeña tarima que se pierde en la platea. Pasaron las 21, y los números están muy lejos del objetivo que se planteó el kirchnerismo para las elecciones legislativas. Un único consuelo se repetirá, una y otra vez, en el comando oficialista: a pesar de los números, crecieron las bancas en el Congreso y el partido sigue siendo "la primera fuerza nacional, después de diez años".

El Teatro Tango Porteño del Hotel NH vistió a sus carteleras con las caras de Néstor y Cristina Kirchner y de Juan y Eva Perón, en una función que terminó siendo una fiesta casi íntima. El plantel de la Presidenta salió a la cancha en conjunto para ponerle el pecho a una derrota indisimulable y sólo dejó entrar a una pequeña hinchada militante, que ofreció cánticos para levantar el ánimo pinchado por los resultados.

Mientras llegaban las noticias de los magros resultados, los ministros, legisladores y dirigentes esperaron en dos pisos del hotel ubicados sobre el teatro: en el tercero se distribuyó el kirchnerismo más cercano a la Casa Rosada y en la cuarta planta aguardaron, en habitaciones separadas, los equipos de el gobernador Daniel Scioli y el candidato bonaerense Martín Insaurralde.

Como una obra de teatro, cerca de las 22 bajaron las luces y comenzó la puesta en escena, que pareció guionada. Todo se preparó para la estrategia que el kirchnerismo ofreció de cara a los magros resultados, que dejaron al oficialismo a más de 11 puntos de Sergio Massa (Frente Renovador) en la provincia y al candidato porteño Daniel Filmus afuera del Senado.

Pero antes de que se encendieran las luces del escenario, primó el silencio en el búnker kirchnerista. Las seis filas de sillas de plástico dispuestas en la platea estuvieron vacías hasta último momento. También los espacios de la planta baja y el balcón del teatro destinados a los militantes.

En la calle, tampoco hubo demasiado movimiento en el primer tramo de la noche. Pasadas las 18, cuando se abrieron las puertas del teatro a la prensa, había más periodistas que militantes. La cuadra de Cerrito al 800 quedó grande para los grupos que llegaron y, organizados, colgaron sus banderas en la vereda, sin interrumpir el tránsito. Las caras de Cristina y Néstor Kirchner aparecieron replicadas en remeras, pins y llaveros.

Video: Boudou: "felicitamos a todas las fuerzas políticas" (TN)

Cuando la orden llegó de adentro, comenzaron a sonar algunos bombos. Y sólo cuando faltaban unos minutos para culminar la noche, algunas decenas de jóvenes fueron bendecidos con el pase al teatro, para romper la quietud de la sala derrotada. Eran representantes de La Cámpora, que, a contrapelo de sus costumbres, se mostraron sin banderas, ni identificaciones.

Mientras desde el Ministerio del Interior daba a conocer las malas noticias para el kirchnerismo, por los pasillos comenzaron a hacerse visibles algunas caras conocidas. El cantante de El Otro Yo y candidato Cristian Aldana, el militante del matrimonio igualitario Alex Freyre y una llamativa Esther Goris se mezclaron entre quienes llenaron la platea preferencial.

Sólo algunos dirigentes se animaron a asomar la cabeza antes de la foto conjunta. La segunda candidata a diputada bonaerense Juliana Di Tullio fue la primera en aparecer, en una tarima tan pequeña que los periodistas debieron apilarse para poder escucharla. También se animó al micrófono el diputado Héctor Recalde.

La escena se congeló cuando gobernador Daniel Scioli cruzó la platea y se acercó a los periodistas. Pero en el momento en que la expectativa llegó a su punto máximo, el gobernador de la provincia gesticuló sin sonido alguno. "Él pidió hablar sin micrófono", explicó luego uno de los presentes. El mandatario bonaerense tuvo su charla íntima con los periodistas, pero evitó ponerle la voz a la derrota en solitario.

Poner la cara

Avanzada la noche, en el escenario, los técnicos hicieron decenas de marcas en el piso. Y a casi cuatro horas del cierre de urnas, salió a la cancha el equipo que responde a Cristina Kirchner. Ante la adversidad, se mostraron unidos, con un diálogo interno entre sus dirigentes que solo se interrumpió para darle la voz a los militantes y escuchar los cánticos con los dedos alzados en "V".

Nadie quiso asumir solo los flacos resultados, y la táctica consistió en hacer hablar a los candidatos perdedores con los postulantes que en distintas provincias ofrecieron victorias al Gobierno. Fue a través de la pantalla, con las tradicionales teleconferencias del kirchnerismo, una manera de pegarse a los triunfos y poner un velo a las derrotas en los principales distritos del país.

El gabinete se mezcló con legisladores y dirigentes en cuatro filas sobre el escenario. Y el oficialismo se mostró en una foto de familia, que dejó ver sus matices. Se destacó el canciller Héctor Timerman que optó por la euforia y agito sus brazos al compás de los cánticos kirchneristas. El ministro de Trabajo Carlos Tomada y el titular de Defensa Agustín Rossi se fundieron en un abrazo cómplice. Juan Cabandié miró a los militantes del balcón, como buscando consuelo. El ministro de Seguridad Arturo Puricelli mantuvo por largos segundos sus dedos con el símbolo de la victoria. Filmus asumió la responsabilidad por los resultados porteños.

De zapatillas y jean, los ministros de peso se posicionaron cerca. El ministro de Planificación Julio De Vido, el viceministro de Economía Axel Kicillof, la titular de Desarrollo Social Alicia Kirchner y el secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, ocuparon el ala izquierda del escenario. El ministro Hernán Lorenzino se mantuvo de bajo perfil, en el extremo opuesto de la última fila. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ni siquiera dijo presente. Una fuerte señal.

Video: Habla Martín Insaurralde (Canal 7)

Aunque al comienzo de la noche estuvo en duda su rol, quien tomó la palabra fue el vicepresidente Amado Boudou. Para que no quedaran dudas, lo primero que hizo fue mostrar agradecimiento a Cristina Kirchner y recordar a Néstor Kirchner a tres años de su fallecimiento.

Minutos más tarde, daría dos mensajes. El primero, fue al dirigirse al gobernador bonaerense. "Porque no se puede cambiar de caballo en el medio del río, y porque el río es como la vida, habla Daniel Scioli", lanzó el vicepresidente. El segundo fue al cerrar la noche, cuando su voz aturdió al teatro y su cara se mostró enardecida. "Cristina, acá está tu equipo, tenemos la militancia más grande del país", gritó Boudou.

El Olivos, la Presidenta se mantuvo al margen de la foto de la derrota.


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