Sup. Económico - Pag. 2
El año pasado, las paritarias fueron negativas para los gremios que primero firmaron, porque los aumentos fueron inferiores a las subas de precios. Este año podría pasar lo mismo.
Ismael Bermúdez ibermudez@clarin.com
En 2013, según el rubro de actividad, los salarios le empataron a la inflación o se ubicaron unos puntos por debajo de la suba de los precios. En promedio, el salario real de los trabajadores cayó el 1,5%. “Ello se debió a que el aumento nominal fue del 25,1%, inferior a la inflación anual que llegó al 26,9%”, de acuerdo a un informe del Observatorio Social de la CTA que utilizó como variable inflacionaria el IPC GB, que elabora Graciela Bevacqua, la jefe del INDEC despedida por la intervención del organismo.
Los que más perdieron fueron los que negociaron los convenios a comienzos del año pasado, tomando en cuenta la inflación de 2012.
Al acelerarse la inflación en el curso de 2013, el porcentaje negociado resultó “corto”. Las primeras paritarias de 2013, entre otras, comprendieron a Bancarios, Comercio, Metalúrgicos o Construcción con subas en cuotas del 24%, mientras que los que firmaron después lograron alzas del 26 o 26,5%, como Alimentación o Sanidad.
Este año las cosas se están repitiendo, pero con mayores incertidumbres.
Ante todo porque 2013 concluyó con una inflación bien superior a la de 2012 y 2014 debutó con un incremento de precios que podría orillar en los tres primeros meses, según la medición del INDEC, el 10%. Las mediciones privadas llegan hasta el 13%. Hacia delante, la suba de las tarifas del gas y agua, más la de la electricidad, y de los combustibles aseguran un salto inflacionario.
Por la presión del Gobierno, la paritaria “líder” de este año –la de los metalúrgicos– concluyó con un 26,5%, en dos cuotas, más el pase a remunerativo de una suma no remunerativa acordada el año pasado. Según las categorías, con este agregado, la suba podría oscilar entre el 27 y el 29,6%, aunque algunos especialistas reducen el aumento al 26,5% - 27,5%, si se considera que ahora la suma remunerativa tendrá los descuentos de jubilación y obra social, que antes no tenían.
De aquí se desprende que, por la mayor inflación, los nuevos convenios debutan unos puntos por debajo de la inflación acumulada a febrero, que supera el 30%. Y se que, como se proyecta para todo el año una inflación no inferior al 35%, la pérdida del salario real será todavía mayor.
También ya hay pérdida de ingresos entre los trabajadores por el recorte de horas extras y algunas suspensiones.
Los convenios que se firmaron o próximos a firmar corresponden a gremios enrolados en el oficialismo.
Habrá que ver cómo cierra la paritaria de los estatales, en la que el Estado actúa directamente como empleador. Y si los liderados por dirigencias opositoras obtienen porcentajes superiores y si van a ser homologados o no por el Ministerio de Trabajo, que tuvo una activa participación para que ninguna paritaria, incluyendo adicionales, pasara la raya del 30%. El paro del jueves 10 será un test de la fuerza de esta dirigencia.
A todo eso se agregan dos in- terrogantes: si habrá ajuste –y en qué porcentajes– o no del mínimo no imponible y demás deducciones del impuesto a las Ganancias, si se ajustarán o no las escalas sobre las que se tributa Ganancias y si aumentarán, y en qué proporción o no, las asignaciones familiares.
Son todas variables claves que pueden mejorar o desmejorar el salario real. En lo inmediato, por las declaraciones de la semana pasada del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, esos temas están “en estudio”.
Para los trabajadores de convenios que vencen en la segunda mitad del año, la situación se complica porque deberán seguir cobrando salarios ajustados por ultima vez entre noviembre y enero últimos, con los precios disparados por la mayor inflación y por las subas de tarifas. Llegarán al momento de la firma de sus convenios, con el salario muy recortado por la inflación.