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LA HUELGA SERÁ FUERTE EN EL TRANSPORTE Y AFECTARÁ AL RESTO DE LAS ACTIVIDADES
Moyano, Barrionuevo y Micheli afirmaron que la medida tendrá gran adhesión porque expresa “la bronca” contra el Ejecutivo. Capitanich renovó las críticas contra el paro
ELIZABETH PEGER Buenos Aires
Con el desafío de paralizar por completo el transporte y así multiplicar los efectos de la protesta en el resto de los sectores de la economía, todas las expresiones del sindicalismo opositor convergerán hoy en una nueva huelga de alcance nacional contra el Gobierno, que se propone como el germen de un renovado y creciente escenario de conflictividad social. Bajo la consigna del repudio al “ajuste” de la administración kirchnerista, que los impulsores de la protesta traducen en la denuncia de un golpe al bolsillo de los trabajadores producto de la inflación, el tope a los aumentos salariales en paritarias y la caída del empleo, el paro dispuesto por la CGT de Hugo Moyano, la central de Luis Barrionuevo y la CTA de Pablo Micheli sumará también más de 40 piquetes y cortes de ruta en todo el país, encabezados por organizaciones de izquierda que se proponen fortalecer con ello el nivel de adhesión a la huelga, aunque con el peligro latente de que se produzcan incidentes.
“El paro va a ser masivo y no es para desestabilizar a nadie”, aseguró ayer Moyano al repudiar las acusaciones de funcionarios del Ejecutivo y de los gremios afines a la Casa Rosada sobre el carácter “político” de la medida, que definió como “una demostración de que interpretado la bronca de la gente porque no hay respuestas”.
El Gobierno no logró ocultar su preocupación por el desafío planteado por el sindicalismo opositor y buscó por todos los medios licuar el nivel de adhesión a la huelga. Para ello apuró la definición de un conjunto de paritarias clave, con aumentos que promedian el 30%, amenazó con quitar los subsidios a las empresas del transporte que no garanticen los servicios y anticipó que tiene en estudio una baja del mínimo no imponible de Ganancias.
Ayer el discurso oficial, encarnado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, apostó a desacreditar la medida desde la lógica de que se trata de “un paro del transporte” que impide determinar el acatamiento real a la huelga. La misma línea repitió el jefe de la CGT oficial, Antonio Caló, que vaticinó una protesta “grande” debido a la paralización de los servicios de transporte de pasajeros.
Moyano rechazó esos argumentos.
En una rueda de prensa picante y cargada de ironías, en la que no faltaron algunas chicanas que se cruzaron Micheli y Barrionuevo, el camionero garantizó una adhesión “importantísima” como consecuencia, según dijo, “de los esfuerzos denodados y las solicitadas carísimas del Gobierno” para minimizar el impacto del paro.
Los tres referentes coincidieron en denunciar supuestas maniobras alentadas desde el kirchnerismo para generar hechos de violencia durante el paro y culpar por ello al gremialismo opositor. Sin embargo, advirtieron que harán responsable al Gobierno de cualquier incidente, a la vez que tomaron distancias de los piquetes y cortes dispuestos por las agrupaciones de izquierda. “Los cortes no son necesarios porque nadie va a ir a trabajar”, afirmó Moyano.
Pese al faltazo a la conferencia de los jefes de La Fraternidad, Omar Maturano, y de la UTA, Roberto Fernández, el paro será total en los servicios de trenes y colectivos urbanos y de larga distancia, mientras los subtes funcionarán con un cronograma de emergencia.
Tampoco habrá vuelos de cabotaje de las empresas Aerolíneas, Lan, Sol y Andes y estarán complicados los internacionales, por la adhesión de varios gremios aeronáuticos, en tanto que Camioneros paralizará el transporte de cargas, de combustibles, la recarga de cajeros automáticos y la recolección de residuos. La actividad en los puertos quedará interrumpida por la adhesión de los principales
gremios del sector, situación que se replicará en los tribunales, hospitales públicos, estaciones de servicios y bares y restaurantes.
La paralización del transporte complicará el traslado a los lugares de trabajo en otras actividades que no respaldan la huelga, como escuelas, fábricas, su permercados, comercios y bancos.
