DURAS CRITICAS DE LA OPOSICION AL GOBIERNO
El Gobierno dijo que no modificará "ni un ápice" su "dirección" luego de la huelga
El Gobierno nacional advirtió ayer que no modificará "ni un ápice" su "dirección" luego del paro nacional que realizó el sindicalismo opositor, mientras que referentes gremiales de ese sector advirtieron que "la paciencia tiene un límite" y amenazaron con nuevas medidas de fuerza si el Poder Ejecutivo "no cambia el rumbo". El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, afirmó que la huelga "no modifica ni un ápice en la dirección en la que" va el Gobierno, y su par de Defensa, Agustín Rossi, minimizó la medida de fuerza sindical al afirmar que "fue sobredimensionada por la falta de transporte y los piquetes". Por su parte, el titular de la Fraternidad, Omar Maturano, alertó que "si el gobierno no cambia el rumbo" el sindicalismo opositor "hará otra medida de fuerza", y su par de la Unión Tranviaria Automotores (UTA), Roberto Fernández, explicó que el objetivo es que "en lugar de que haya un plan de acción y de lucha se inicien conversaciones" con la Casa Rosada. Tomada criticó a los jefes de la CGT opositora, Hugo Moyano, y de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, al afirmar que plantearon "incongruencias" cuando convocaron al paro con "reivindicaciones que son las mismas por las que trabaja" el Ejecutivo. "Haber hecho un paro con pretensión de paro general y por reivindicaciones que son las mismas por las que trabaja el gobierno nacional, por lo menos, tiene algún grado de incongruencia", insistió. En tal sentido, el titular de la cartera laboral aclaró que "a nosotros (en el gobierno) no nos modifica ni un ápice en la dirección en la que vamos y en la que vamos a seguir yendo". En sintonía con su postura se pronunció Rossi, quien habló de "un paro decretado por un grupo minoritario de gremios, en donde los más importantes no adhirieron y llamaron a su gente a presentarse a trabajar". Desde el sindicalismo opositor, a través del titular de La Fraternidad alertaron que la "paciencia tiene un límite" y que si "el Gobierno no cambia el rumbo" el movimiento obrero decidirá una nueva medida de fuerza. Maturano aclaró que todavía no es oportuno definir una nueva acción de protesta y planteó que se debe "dar un tiempo" y "esperar qué medidas toma el gobierno, a ver si cambia el rumbo". "La misma gente de otros sindicatos que no adhirieron a la medida pararon porque está convencida de que algo hay que hacer con el impuesto al trabajo, con nuestras obras sociales, con los compañeros jubilados, con la inseguridad que sufre toda la sociedad", afirmó. AUTORIDAD MORAL En tanto, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, relativizó el impacto del paro nacional y cargó contra sus organizadores, el titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, y de la Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, porque "ninguno tiene la autoridad moral" que él dijo poseer. "En la República Argentina es muy difícil evaluar el impacto de algunas medidas de fuerza, por una razón muy sencilla: a veces se confunde el paro con un lock out patronal, y ustedes podrán interpretar por qué", indicó Capitanich a los periodistas, en el habitual contacto en la Casa Rosada. Al ser consultado sobre las críticas que recibió de parte de los referentes de las centrales opositoras, el funcionario advirtió que "estos dirigentes sindicales que fueron aliados y se beneficiaron con este Gobierno por el incremento del nivel de actividad, del número de afiliados, de sus salarios, de su cuota sindical, de sus recursos para las obras sociales, son los que hoy critican". Por último, Barrionuevo se sumó a la polémica al afirmar que al kirchnerismo, en las elecciones presidenciales del año próximo, el diputado nacional por el Frente Renovador Sergio Massa "los va a matar". Consultado durante una entrevista radial, Barrionuevo señaló que los funcionarios nacionales "se equivocan (con el ex intendente), cada vez lo han ido alejando más porque piensa distinto" y que "lo atacan porque Sergio ganó las elecciones, le ganó a Daniel (Scioli), y a ella", al referirse a la presidenta Cristina Fernández.