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DETRÁS DE ESCENA
Los desafíos del titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega. La inflación que no cesa. El empleo en caída y la inversión que no llega. La idea de vivir con lo nuestro nuevamente.
Por José Del Rio
La agenda de los últimos dos meses se trasladó a Nueva York. El diccionario sumó a RUFO, stay, defaults en todas sus especies, nuevos "villanos" de turno como el juez Thomas Griesa o el recién incorporado Daniel Pollack y el famoso Día D, tuvo su cuenta regresiva, con placa estilo Crónica incluida, al llegar el default. Finalmente la "patraña" -Capitanich dixit- o la realidad actual -como la interpretaron todos los principales diarios del mundo- se convirtió en un escenario que pasó de vaticinio a realidad. Los efectos no deseados de una cesación de pagos ya se encuentran con una economía argentina en claro declive, aunque un tanto descuidada por el protagonismo del buitresgate.
Las perspectivas de las 24 principales consultoras económicas del país marcan que el PBI caerá en promedio un 1% este año, lejos de las tasas chinas que supimos conseguir. El más optimista en términos de pronósticos es el Banco Credicoop, que lidera Carlos Heller, que proyecta un alza del 1,1%.
El más pesimista, en tanto, es José Luis Espert, titular de Espert & Asociados, quien pre-default ya calculaba una retracción del 2,1% este año. Si el escenario de default se prolonga en el semestre, las consultoras prevén una caída adicional del PBI de entre uno y dos puntos.
El consumo, uno de los pilares del modelo, está en franca retracción.
La inflación del 30% anual, la carga impositiva en niveles récord y el freno del empleo privado hacen que ya no sea tan sencillo el cambio de expectativas sin decisiones de fondo. Según el último informe de Fiel, con 40.000 puestos anuales, se generaron casi tres veces menos de empleos que entre 2001 y 2010. Pero no sólo ello sino que industrias estrella pasaron de carroza a calabaza en pocos meses. La automotriz es la que mejor lo refleja. Las ventas del primer semestre marcan una caída del 23%. El combo de combustibles (+30%), patentes (+23%), seguro (+35%), sellos (+200%), peajes (+28,5%) y estacionamientos (+114%) complementan un escenario más que complejo en el que el plan de incentivos Procreauto permitió incorporar 3.500 patentamientos en un mes en el que la caída superó las 74.734 unidades. Eso se combina con una crisis laboral en el sector en el que entre suspendidos, despidos y reestructuraciones ya hay 17.000 trabajadores en problemas. La interna sindical tiene cada vez más capítulos puertas adentro de las plantas que se hacen visibles por los cortes de la Panamericana o General Paz, pero que hace tiempo son una luz amarilla en las huestes del Ministerio de Trabajo. Como si fuera poco, los principales CEOs de las terminales locales mantienen línea directa con sus matrices en las que le creen más a The New York Times, Wall Street Journal o The Economist que al momento "Coki" de cada día.
"Explicar la Argentina siempre fue difícil pero ahora pelear una inversión es casi una misión imposible", dice el piloto local de una autopartista en pleno proceso de reestructuración.
La agenda del impuesto a las ganancias que tienen la mayoría de los líderes sindicales genera rispideces en las bases donde piden incorporar medidas para preservar los puestos de trabajo.
Desde la macro, la Argentina requiere dólares para importar energía porque hace tiempo no se autoabastece de gas. Sin crédito, la única fuente de divisas es el superávit comercial, que en el primer semestre cayó un 28%. El impacto lo sentirán las reservas del Central que hoy respaldan apenas el 30% del dinero en circulación y los depósitos a la vista. A su vez, el Central tiene que convertirse en bombero para el gasto público que demandará unos $120.000 millones de auxilio, con lo cual se apagará la aspiradora para volver al tiempo de la máquina de hacer billetes, descuentan en la City. En 2013 se giraron unos $ 94.000 millones por todo concepto para asistir al Gobierno y este año se tomará un total de u$s 9.855 millones de las reservas para cancelar los vencimientos de deuda. La inversión extranjera directa, en tanto, se mueve con los parámetros de Calificadoras y variables entre las que reaparece el ya olvidado Riesgo País. En 2013 los desembolsos ya se habían recortado un 25%, a u$s 9.082 millones, según la Cepal. El 77% de esa cifra fue de firmas que reinvirtieron sus ganancias por la imposibilidad de girarlas a sus matrices. Matrices que aún hoy piden explicaciones por un presupuesto nacional que les vaticinaba un 2014 con un crecimiento del 6,2%, inflación del 10,4% y un dólar a 6,33 por cada peso. La Argentina, un país con buena gente.
