Tercera huelga
El sindicalismo opositor reclamará por la caída del salario, la falta de empleo y la creciente inflación; la CTA de Micheli hará una marcha el día anterior a la Plaza de Mayo
Moyano y Barrionuevo oficializaron la convocatoria a la huelga en un plenario de delegados regionales. Foto: LA NACION / Soledad Aznarez Sin respuestas a sus reclamos tras el paro nacional del 10 de abril pasado, y con los puentes de diálogo minados con los interlocutores del Gobierno, el sindicalismo opositor, encarnado en Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, vuelve a unificar acciones: activará el jueves próximo otra huelga en todo el país por 24 horas. Será la tercera desde que Cristina Kirchner asumió la presidencia de la Nación.
En un intento de exhibirse abiertos y plurales, Moyano y Barrionuevo oficializaron ayer la fecha de la medida de fuerza en un plenario con dirigentes de las seccionales de la CGT. Pero el encuentro en el salón Felipe Vallese fue apenas un formalismo: la decisión ya la habían tomado previamente los referentes sindicales al constatar que seguía en pie su alianza con los principales gremios del transporte público de pasajeros y otros sectores de peso que adherirán a la protesta.
"No nos pone eufóricos llamar a un paro. Nos obligan a tomar esta decisión porque no nos dan respuestas. El paro será contundente más allá de la situación económica y del maltrato porque la gente está cansada de que le mientan", pronosticó Moyano.
Codo a codo con el camionero, Barrionuevo aventuró la continuidad de un plan de lucha que luego se plasmó en un documento: "Si no hay respuestas, en septiembre vamos a incrementar las medidas de fuerza. Ahora tenemos más problemas que el paro de abril: tenemos menos plata en los bolsillos y hay más desocupación y más despidos".
Las dos vertientes opositoras de la CGT y la CTA de Micheli pararán el jueves próximo, aunque ayer los dirigentes de los tres sectores ya hablaban de otra huelga para fines de septiembre u octubre.
Abanico de reclamos
La protesta, cuyas consignas centrales son "caída del salario, empleo e inflación", contempla un rosario más amplio de reclamos: eliminación del impuesto a las ganancias, "un aumento justo" a los jubilados, reapertura de paritarias y el impulso de una ley para prohibir despidos y suspensiones por un año.
Si bien no asistieron ayer a la CGT, Moyano dio por hecho la adhesión al paro de Omar Maturano y Roberto Fernández, líderes de los ferroviarios de La Fraternidad y de los colectiveros de la UTA, respectivamente.
Sin embargo, fuentes de la UTA no confirmaron ayer a LA NACION su participación en la huelga. Sucede que su jefe está aún negociando con el Estado el incremento de subsidios para que los empresarios del sector puedan afrontar la suba del acuerdo salarial pactado hace apenas unas semanas.
Otros gremios del transporte que se sumarán a la medida serían los trabajadores del subte y cuatro de los siete gremios aeronáuticos.
Confirmada la fecha del paro, un asesor del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, se comunicó ayer con un sindicalista porque su jefe debería viajar el jueves a China. "Que intente viajar antes", lo aconsejaron.
La CTA de Micheli, cuya fortaleza se concentra en los sectores estatales, prevé una movilización de protesta al Congreso y a la Plaza de Mayo para el día anterior al paro. Será parte de la hoja de ruta que trazaron con la Coordinadora Sindical Clasista, que reúne a las principales agrupaciones de izquierda. Todos ellos, además, participarán el jueves del paro, aunque desde la calle, activando piquetes en los accesos a las grandes urbes. Así lo ratificó ayer a LA NACION Néstor Pitrola, líder del Partido Obrero, quien prometió "convertir el paro matero y dominguero de la CGT en una gran jornada de lucha de 36 horas".
Durante el plenario, además de Moyano y Barrionuevo, hubo otros oradores. Uno de ellos, el dirigente petrolero Ricardo Astrada, quien tomó la palabra en nombre del senador nacional Guillermo Pereyra, dijo que en el Sur el paro comenzará el 27 a la noche. Y remató: "Los petroleros estamos arriba de la Vaca Muerta [en alusión al yacimiento] y no la podemos revivir. Hay que marcarle la cancha al gobierno que se va y al que va a venir".
También hubo menciones a la pulseada del Gobierno con los holdouts. "Nada tiene que ver el juez Griesa con los despidos y las suspensiones", dijo el portuario Juan Carlos Schmid. Y tampoco faltaron los mensajes para la oposición. "Hicieron campaña con nuestra agenda de reclamos, pero ellos tampoco nos dan respuestas", planteó el dirigente Jorge Sola..
