La situación económica / Preparativos ante la huelga
La central liderada por Caló les pidió a los gremios neutralizar la participación de sus trabajadores en el paro convocado para el jueves por Moyano, Barrionuevo y Micheli; quieren garantizar que haya alternativas de transporte.
Por Nicolás Balinotti
| LA NACION
Por estos días cae sobre Antonio Caló el rol que más lo incomoda: ser la principal voz sindical para contrarrestar con argumentos el paro nacional que convocó el sindicalismo opositor para el jueves próximo. Tanto el jefe de la CGT oficialista como el resto de los dirigentes que lo acompaña en la central coinciden con el rosario de reclamos que volcaron Hugo Moyano y Luis Barrionuevo en un documento en el que se puso énfasis en la "caída del empleo, la inflación, los jubilados y el impuesto a las ganancias".
Mucho antes de reunirse con funcionarios en la Casa Rosada para definir la convocatoria al Consejo del Salario para el día siguiente al de la huelga, Caló ya había bajado un mensaje a los sindicatos que están nucleados en su central: exigió neutralizar cualquier medida de fuerza y llamó a cuidar las fuentes de trabajo. Hizo hincapié en los sectores más afectados por la ola de despidos y suspensiones, como es el caso de su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y de los mecánicos del Smata.
El desafío del gremialismo oficialista será contener ahora a sus bases, donde suele brotar con más fuerza el mal humor social. La CGT oficialista anhela con que Moyano y Barrionuevo no cierren su acuerdo con los gremios del transporte público de pasajeros para que así la huelga pierda peso e impacto.
"Si hay colectivos y trenes, los trabajadores irán a las fábricas", dijo un gremialista vinculado a la industria automotriz. La incógnita sobre la adhesión al paro de los gremios del transporte público de pasajeros se resolverá entre mañana y pasado, cuando se reúnan Omar Maturano (La Fraternidad )y Roberta Fernández (UTA), que se alejaron de la CGT oficialista a principio de este año.
Para Maturano no habrá vuelta atrás: garantizó su apoyo al paro cuando hizo divulgar una foto suya con Pablo Moyano en un congreso de la actividad en Bulgaria. Los colectiveros de Fernández, en cambio, aún están en duda: su jefe llamó a un plenario mientras negocia con el Estado el incremento de subsidios para que los empresarios del sector puedan afrontar la suba salarial.
Como sucedió en el paro nacional del 10 de abril pasado, las principales industrias del país abrirán sus puertas y activarán sistemas alternativos de transporte para garantizar el presentismo en los lugares de trabajo. Sin embargo, esto no sería una garantía de nada. Es más, se comprobó en la última huelga que hubo fábricas con picos de ausentismo a pesar de costear los gastos de movilidad de sus empleados.
De los sindicatos que comulgan con el liderazgo de Caló hubo algunos que tomaron sus palabras al pie de la letra. Uno de ellos fue el de los docentes de UDA, cuyo líder, Sergio Romero, calificó el paro de "una medida irresponsable e inoportuna" y dijo que "es momento de defender los puestos de trabajo".
Sin embargo, hubo otros dirigentes, como el mercantil Armando Cavalieri, que callaron las críticas a Moyano y Barrionuevo, y aprovecharon para hacer público su descontento. Cavalieri está en plena pulseada con los empresarios por el cumplimiento del acuerdo paritario, en el que no se estaría cumpliendo el pago de los 2400 pesos no remunerativos.
También hay posturas intermedias, como las del estatal Andrés Rodríguez (UPCN) o la de Gerardo Martínez (Uocra), cuyo sector [la construcción] sufrió en lo que va del año 20.000 despidos. Ambos dirigentes coincidieron públicamente en reivindicar algunos de los reclamos de la CGT opositora, sobre todo el relativo al impuesto a las ganancias y la preocupación por la inflación. Pero intentaron diferenciarse con un mismo argumento: "Hemos elegido el diálogo", dijo Rodríguez. Y Martínez, agregó: "Hay que buscar otros caminos. El contexto es grave y un reclamo puede agravar más la situación. El país está pasando por una situación bastante delicada, con los niveles de inflación que generan una pérdida del salario real".
La CTA disidente, que encabeza Pablo Micheli, se sumará al paro nacional de la CGT. Su poder de fuego se concentra en los sectores estatales de ATE, por lo que la huelga podría impactar con fuerza en la administración pública. Algunas delegaciones de ATE ya se declaron en conflicto desde antes que se definiera la fecha del paro. Por ejemplo, el jueves pasado hubo una protesta en el 5° piso del Ministerio de Economía para exigir la reapertura de la paritaria ante la crecida inflacionaria y en rechazo al acuerdo del 28,15% que firmó UPCN con el Gobierno. El personal de la Aduana y de la AFIP está en conflicto porque fueron excluidos de la paritaria estatal. Lo que se resuelva pasado mañana en una audiencia en el Ministerio de Trabajo sería clave para definir su postura ante el paro.
"Los reclamos son justos. Es cierto que hay que modificar las escalas de Ganancias. Siempre es posible que alguna organización adhiera, pero no es momento y no veo una situación de conflictividad", dijo a LA NACION Pedro Wasiejko, número dos de la CTA oficialista.
Qué se espera en los distintos sectores
Colectivos
Hay expectativa por cómo repercutirá la medida en el transporte urbano y en el de larga distancia. La UTA resolverá su postura entre mañana y pasado mañana
. Trenes
Anunciaron su adhesión al paro los ferrocarriles de pasajeros y los de carga
. Subtes Aún no se definió, pero es muy probable que el gremio se sume a la huelga
. Aviones
Paran cuatro de los siete gremios aeronáuticos
. Puertos Habrá paro en todas las terminales del país; afectará el comercio exterior
. Bancos
El gremio anunciaría mañana su adhesión
. Residuos
No habrá servicio de recolección
. Docentes
Los gremios nacionales no adhieren, aunque sí lo harán algunos provinciales
