Por Paula Martínez y Diego Dávila
Los números oficiales ya comienzan a reflejar el impacto de la caída de la actividad en el mercado del trabajo, en una economía que ya ingresó en recesión. Para peor, no se ven señales que generen expectativas de mejora durante el resto del año.
Los datos que difundió el martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que muestran un incremento de la tasa de desocupación (al 7,5 por ciento) y una caída de la tasa de empleo (al 41,4 por ciento) son sólo la punta del iceberg .
Es que, según acuerdan consultores en recursos humanos y economistas, las empresas lo último que hacen es despedir gente. Antes, recurren a otras medidas menos drásticas: disminuir las horas extra, reducir jornadas, aplicar suspensiones.
Según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo de la Nación -que mide empleo registrado en el sector privado- la tasa de trabajadores despedidos en el segundo trimestre de 2014 es de 0,7 por ciento, igual que el mismo período del año pasado.
En cambio, el nivel de suspensiones se situó en junio en 6,6 de cada mil asalariados, 1,2 puntos más que el año pasado.
Un informe de Ecolatina agrega que el Índice de Horas Trabajadas de la industria cayó 0,9 interanual en los tres primeros meses de 2014, pero en el segundo, el descenso fue de 3,4 por ciento.
Poco movimiento
En la primera mitad del año el mayor impacto lo están llevando la construcción, la industria y el transporte.
En el Gran Córdoba, las dos primeras tienen alta relevancia. Según la EIL, en el segundo trimestre de 2014 el empleo total subió 0,4 por ciento en la comparación interanual.
Pero todo el incremento obedeció a la suba de la ocupación en el sector de servicios financieros y empresariales, y comunales, sociales y personales.
En cambio, el empleo industrial cayó 2,9 por ciento; el de la construcción se redujo 7,6 por ciento; el transporte, 5,5 por ciento; y el comercio ya muestra un leve descenso de 0,4 por ciento.
Una encuesta realizada por Pedemonte y Asociados da cuenta de que el 36 por ciento de las empresas de Córdoba tuvieron que realizar desvinculaciones en la primera mitad del año, por un 1,7 por ciento de la planta permanente.
La realidad de todos los días de las consultoras que reclutan personal en la provincia marca estas dificultades. "No hay creación de nuevos puestos. Los pedidos son sólo para los cargos que estaban vigentes y que se tienen que reemplazar cuando alguien se va", explica Josefina Rex, titular de la consultora que lleva su nombre.
"Hace un año que la demanda de personal calificado, de niveles medios y ejecutivos viene cayendo significativamente", agrega Enrique Pedemonte. "Los procesos de selección se mantienen en cargos como gerentes, que no se pueden dejar de ocupar", advierte.
Ambos coinciden que en el sector industrial, sobre todo en el automotor y autopartista, la situación es más complicada.
De igual manera, el Indicador de Demanda Laboral (IDL), que elabora la Comisión de Economía del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) también sigue el tobogán negativo.
"Hace dos años y medio que el IDL muestra bajas interanuales (22,6 por ciento en julio). El intento de recuperación de fin de 2013 no pudo sostenerse", subraya Mary Acosta, economista del CPCE. "Lo peor es que las caídas ya se comparan con bajas anteriores", agrega.
Círculo vicioso
Lo preocupante de este escenario son las perspectivas. "En el empleo se ve una situación similar a la de 2009. En ese momento la crisis había sido brusca y fuerte, pero las condiciones económicas generales eran mejores que las actuales", advierte Acosta.
El CPCE estima que, si fueran similares, la desocupación aumentaría en dos puntos porcentuales, otras 200 mil personas hasta fin de año.
"Me preocupa mucho más la caída de la masa salarial que la suba en la tasa de desocupación", remarca Daniela Cristina, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). "El consumo está cayendo el tres por ciento, y con la incertidumbre que se generó esta semana con la deuda será aún más", explica y agrega que esto tiene un alto impacto en la actividad. Así el Iaraf prevé una retracción del producto bruto del tres por ciento en 2014.
Abeceb.com advirtió la última semana de una baja en la masa salarial real por primera vez en 10 años. Si a eso se suman jubilaciones y planes sociales, la caída de los ingresos (teniendo en cuenta la inflación) será del cinco por ciento para 2014.
La economía entró en un círculo vicioso de caída del poder adquisitivo (los sueldos se recomponen menos que la inflación), baja de la masa salarial, caída del endeudamiento por la incertidumbre, reducción del consumo, disminución de la actividad e impacto en el empleo. Este círculo se retroalimenta sin perspectivas de mejora.
"A comienzos de año esperábamos mayor informalidad, pero ahora vemos que no hay margen para que los puestos de trabajo aumenten: con costos en dólares en alza, el sector privado no tiene margen; tampoco el público, con cuentas ajustadas", dice Cristina.
Por último, los planes de empleo y la ley para reducir costos laborales, si bien son valuados como positivos, es poco lo que pueden hacer en esta coyuntura. "Ya está demostrado que estas cosas no funcionan si no hay demanda. Los empresarios no toman nuevos empleados", concluye Acosta.
