Por Horacio Serafini
Buenos Aires. La tercera huelga general desde que Cristina Fernández llegó a la Presidencia tendrá lugar hoy, convocada por el sindicalismo opositor en protesta contra la política económica y en demanda de soluciones ante suspensiones, despidos y cierre de algunas empresas y de cambios en el Impuesto a las Ganancias.
El paro, dispuesto por las CGT de Hugo Moyano y Azul y Blanca de Luis Barrionuevo, con el apoyo de la CTA de Pablo Micheli, que ayer arrancó con una medida por 36 horas, se perfila con un impacto más incierto que el anterior, realizado el 10 de abril pasado. Es que, a diferencia de aquel, la paralización del transporte público de pasajeros no será total. La UTA (Unión Tranviarios Automotor) decidió no adherir a la protesta, aunque comparte los reclamos, por lo que se prevé que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires funcionarán los colectivos y el subte.
De allí también que Moyano, aunque dijo que desaprueba los piquetes, haya confiado en las últimas horas en que esa metodología, que seguramente protagonizarán adherentes de la CTA de Micheli y agrupaciones sindicales de izquierda, permitirá reforzar la adhesión a la protesta. En el mismo sentido, el camionero confía en que colectiveros desconocerán la decisión de no plegarse que tomó la dirigencia de la UTA.
"No compartimos esa metodología (los piquetes), pero tampoco podemos evitarla", dijo ayer Moyano en conferencia de prensa en la sede histórica de la CGT. Además aseguró: "Responsabilizamos al Gobierno por todo hecho de violencia", y se esperanzó en que habrá "mucha adhesión", incluso de gremios pertenecientes a la CGT oficialista de Antonio Caló: "La gente está cansada y pidiendo respuesta a reclamos, y no las tienen desde hace tiempo".
Moyano estuvo acompañado por el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi. También por Barrionuevo, quien anunció que tras el paro, y como parte del "plan de lucha", a mediados de septiembre el sindicalismo opositor realizará marchas a los ministerios de Trabajo y de Economía para reclamar la reapertura de las paritarias. Este reclamo se sustenta en el hecho de que, a criterio de las CGT opositoras, la inflación rondará 40%, contra los aumentos promedio en torno de 30% alcanzados en las últimas negociaciones.
Los jefes de las CGT insistieron en deslizar que la UTA, conducida por Roberto Fernández, desistió de adherir por un acuerdo con el Gobierno. De "operaciones" calificó esos rumores el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en tanto el jefe de prensa del sindicato de colectiveros, Mario Calegari, reiteró que si bien coinciden con los reclamos, "hoy hay una agresión externa por los fondos buitre que no afecta al Gobierno, sino a todo el país", y le reclamó al camionero: "Que Moyano se meta en su gremio".
Ante la posibilidad de piquetes que bloqueen la circulación de colectivos, sobre todo en los accesos a la Capital Federal, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, no descartó la intervención de fuerzas federales. "La huelga es un derecho constitucional, pero también lo es el derecho de quienes quieren ir al trabajo". El paro impactará en el sector servicios (transporte de carga y aéreo, trenes, escuelas, organismos públicos, bancos, bares y restaurantes), pero no así en el sector industrial, cuyos sindicatos están afiliados a la CGT oficialista.
A la medida de fuerza de las CGT disidentes adhieren las entidades ruralistas Federación Agraria y CRA. Del mismo modo lo hace la CTA opositora, que ayer realizó piquetes en accesos a Capital Federal y marchó desde Plaza de Mayo hasta el Congreso, junto con organizaciones sindicales y partidos de izquierda, también en reclamo de mejoras salariales y laborales.
Será este el tercer paro con Cristina en la Rosada. El anterior fue en abril y el primero, en noviembre de 2012, poco después de la ruptura de Moyano con el Gobierno.
Para el oficialismo, es una huelga política
Coincidencias. Funcionarios nacionales, provinciales y algunos dirigentes gremiales señalaron que el paro de hoy es político y pidieron que los gremios "respeten a aquellos trabajadores que decidan concurrir a sus lugares de trabajo".
"Beneficiados". El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sostuvo que el paro es "de naturaleza política" y que los gremios que lo llevan adelante son "los más beneficiados" con el modelo implementado en los últimos 10 años, y reiteró que, con su accionar, son "funcionales a la estrategia de los fondos buitre".
Postura oficialista. Desde la CTA liderada por Hugo Yasky advirtieron que el paro se inscribe "en una ofensiva política que se une a la extorsión de los fondos buitre y a la presión de las grandes patronales locales para minar la estabilidad institucional".
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