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El vuelo AA280 de American Airlines, que partió de Seúl rumbo a Dallas, terminó con 14 heridos y una turbulencia por vientos de 240 kilómetros por hora. El piloto decidió dar la vuelta, no atravesar la tormenta, potencialmente fatal, y aterrizar en Tokio. “Fue definitivamente aterrador. Después de cinco minutos, impacta en tus nervios. Después de diez, te empezás a preocupar. Después de una hora, te preguntás: ‘¿Saldremos vivos de esto?’”, contó Marc Stanley, uno de los pasajeros, a la cadena de noticias Fox News. “Un vidrio roto, etcétera, volando dentro de la cabina. Algunos fueron heridos”, relató Erin Cherry, otra pasajera, en Twitter.
