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21/01/2014 - iProfesional.com

Nota

Las paritarias de hoy no son las de antes: cómo el modelo K "mató" la vieja fórmula de acordar salarios

La política salarial usada por el Gobierno durante años ya no aplica a la nueva realidad. Sindicatos hicieron regresar bajo nuevas formas viejos mecanismos de indexación y cláusulas gatillo. Apuntan a lapsos más cortos y a bonos para puentear hasta que aclare. La rebelión del invento

En los años felices de la década K , cuando el país crecía a tasas chinas, Hugo Moyano no sólo era un amigo del Gobierno sino que hasta era un engranaje fundamental del "modelo": él ponía, cada año, el tope de las demandas salariales y daba la pauta sobre cuánto poder adquisitivo iban a poder recuperar los sueldos cada año.

Se hablaba en aquellos tiempos del "techo Moyano" , porque se sobreentendía que el ajuste arreglado en las paritarias del gremio camionero no podría ser superado por otras facciones del movimiento sindical.

Y, por más que los porcentajes eran altos, parecía que los márgenes de ganancia empresarial eran tan buenos que siempre podían absorber ese mayor costo laboral sin generar inflación .

Hoy, en una de las tantas vueltas irónicas de la historia argentina, Moyano ya no fija el techo sino el "piso" de las paritarias: el 30% que avisó que pediría su gremio es la base que actualmente todos los demás han tomado para sentarse a la mesa de negociaciones.

Más aun.

Intercambia acusaciones con la presidenta Cristina Kirchner : mientras ella lo acusa de jugar irresponsablemente con el riesgo del desempleo, él le responde que el Gobierno quiere usar al salario como variable de ajuste .

Para completar este giro, nada puede ser más simbólico que el acuerdo firmado este lunes en Mar del Plata entre Moyano y Barrionuevo , el dirigente sindical que durante largos años fue despreciado por su pasado menemista y a quien Cristina ha acusado públicamente de "quema-urnas".

La nueva postura belicosa de la dupla Moyano-Barrionuevo es la demostración de que "no los une el amor sino el espanto" y que han identificado a la política económica kirchnerista como un enemigo común.

La rebelión del invento ¿Qué hay detrás de este cambio? Hay algo mucho más profundo que una simple antipatía personal entre Cristina y Moyano: lo que queda en evidencia es que el mecanismo de las paritarias -uno de los bastiones sobre los cuales se fundó el "modelo K"- entró en una crisis terminal.

Alguna vez este tipo de acuerdos salariales fue un orgullo kirchnerista , al punto que Cristina lo incluía en sus discursos, cuando hacía su clásica enumeración de "conquistas de la década ganada" .

Pero ese logro , que en su momento fue funcional a un modelo basado en el consumo -y que le rindió alto rédito político al kirchnerismo-, hoy parece un "invento" que se rebeló contra su creador .

Es que las negociaciones por salarios han ido mutando a algo muy distinto respecto al objetivo para el cual habían sido "creadas". Y amenazan con ser una de las principales fogoneadoras de la inflación.

En su esquema original, regulaban -a un ritmo fijado por el Gobierno- el aumento del poder adquisitivo y las reducciones de rentas empresariales.

El sindicalismo acompañaba pero no decidía . A punto tal que el Ministerio de Trabajo contaba con efectivo poder de "veto" sobre los acuerdos que se salían de la norma.

Los detalles de la duración de los convenios y pagos extra salariales eran resorte de decisión del Gobierno .

Y no existía la posibilidad de indexación por inflación, cláusulas gatillo, acortamiento del tiempo de los acuerdos ni ninguna de las prácticas clásicas de los años '80.

La noticia es que, aunque en las formas siga vigente, la política salarial kirchnerista basada en paritarias es, como se dice en las películas, un "dead man walking" , un condenado a muerte que todavía no sabe que lo está.

El "asesino" es la inflación : la agitación sindical de estos días, más allá de su superficie de discusiones, polémicas y peleas entre dirigentes, esconde el hecho más profundo de que la crisis del modelo económico dejó obsoleto al "viejo" modelo de negociación salarial .

Según analistas, el último año en el que los sueldos pudieron efectivamente defenderse de la suba de precios y hasta ganar poder adquisitivo fue 2011 . A partir de allí, todo cambió.

Y lentamente han empezado a reeditarse las viejas prácticas de los tiempos inflacionarios.

Es así como hoy, por más que en la letra estén prohibidos, volvieron los mecanismos de indexación automática . Y por más que el ministro Carlos Tomada intente evitarlo, las cláusulas gatillo -disfrazadas bajo nuevas formas- proliferan en las mesas de negociaciones.

Paritarias indexadas Hasta hace poco , el plan del Ejecutivo era implantar un techo cercano al 18% anual y estirar, proporcionalmnente, a 18 meses los convenios que, en su mayoría, se firman por un año. La arquitectura de este pacto social inducido dependía a su vez del éxito que tuviera el nuevo acuerdo de precios.

Sin embargo, a poco de ponerse en marcha, la estrategia oficial comenzó a naufragar en medio de las bruscas olas que levantaron los gremios frente a los incrementos en alimentos, combustibles y servicios públicos en los últimos meses (y, por cierto, a raíz de lo pactado por la fuerza policial tras su rebelión).

Esto no sólo elevó el piso de los reclamos, sino que empezaron a reducir a la mitad o, incluso, a un trimestre los plazos previstos para los nuevos convenios como una forma de indexar los salarios.

Estos mecanismos, que en los tiempos de Raúl Alfonsín permitían revisar los acuerdos y actualizarlos incluso una vez al mes en función de la inflación, están prohibidos desde la sanción de Ley de Convertibilidad en 1991. Pero ahora volvieron a aparecer bajo otros ropajes.

Más allá de sus diferencias, en todos los casos se tratan de paliativos provisorio s que les permiten a los gremios dejar abierta la discusión ante la incertidumbre económica. Y, sobre todo, representan un camino alternativo al que les proponía el Gobierno para enfrentar la inflación .

En este escenario, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , se reunió días atrás con Antonio Caló , titular de la central y líder de los metalúrgicos, para enviar una señal al sindicalismo opositor que busca liderar los reclamos. Pero también a la CGT aliada , donde se ha extendido el malestar.

En dicha central, son varios los dirigentes que comparten la necesidad de introducir nuevas formas de negociación , ante la sensación de que los acuerdos firmados el año pasado ya "no aguantan".

En pocas palabras, no sólo creen que se quedaron cortos en los porcentajes, sino que los convenios son demasiado largos .

"Las paritarias son el tema número uno de la agenda sindical. Vamos a tener que esperar o tomar una medida mancomunada de pedir un adelanto porcentual a ajustar en las negociaciones", dijo a iProfesional Carlos Ríos, titular de Obras Sanitarias Capital.

El sindicato, que integra la central oficialista y el sector de los gordos, fue uno de los que pactó en 2013 una suba del 30% en tres tramos, a cambio de que el convenio rigiera por 18 meses , hasta mayo de este año. Una modalidad similar adoptaron los trabajadores de Luz y Fuerza y los porteros del Suterh , hasta marzo, que ahora dudan repetir.

"Puentear" hasta que aclare En tanto, aquellos sectores que firmaron convenios anuales tampoco están conformes . En más de un caso derivaron en conflictos y en diferencias internas.

Por ello, ensayan una remake de la máxima peronista que aconsejaba "desensillar hasta que aclare" , mediante el reclamo de sumas provisorias.

Luego de que al cierre de 2013 obtuvieran un bono de fin de año en más de 50 plantas, un sector de la UOM empezó a negociar con algunas fábricas de Córdoba el adelanto de un monto fijo a cuenta de las paritarias que deberán retomar en abril, cuando vence el convenio.

"Pedimos una suma a cuenta de futuros aumentos para el primer trimestre , que no va a ser de un 30% sino más cerca del 20%", dijo a iProfesional el dirigente metalúrgico de la seccional cordobesa, Rubén Urbano.

No fue el único. En las últimas semanas, los trabajadores del subte también se sumaron a la lista de sindicatos que reclamaron un adicional de verano .

En este caso, la UTA negoció el pago de "un suma remunerativa extraordinaria y por única vez a cuenta" de entre los $1.500 y $3.300, según la categoría, y que se abonará en dos cuotas, una en febrero y otra en marzo.

Pese a las diferencias históricas, la conducción K de los metrodelegados (AGTSyP) aceptó el acuerdo firmado por sus rivales. Pero inmediatamente salieron a rechazarlo representantes de la línea D y C, entre otros, por considerar que es una "subordinación" al "techo" salarial del Gobierno.

En el caso del sector público, estatales ya iniciaron las primeras negociaciones con reclamos superiores al 30% , y, en respuesta, algunos gobernadores salieron a entregar "sumas puente" por tres meses de hasta $2.000.

En una lectura pesimista del cuadro económico, el titular de la central oficialista de maestros CTERA, Hugo Yasky, anticipó que se "vienen paritarias difíciles" y que "deben centrarse en función de recuperar el poder adquisitivo del salario".

En tanto, los docentes neuquinos salieron a reclamar un piso de $10.000 "indexado por suba de precios".

"Es necesario incorporar una cláusula de actualización trimestral de acuerdo con la inflación, porque de otro modo el Gobierno sabe que lo que otorga hoy se desvanece en poco tiempo", señalaron los maestros de ATEN en un comunicado.

Caso testigo Pese al hermetismo que caracterizó la primera ronda de negociaciones, el acuerdo logrado a principios de mes por los empleados bancarios generó alta repercusión en otros sectores.

"Nadie quiere hacer punta porque pueden perder, pero la verdad que los bancarios negociaron bien y los petroleros también", señalaron desde la CGT de Caló.

Tal como adelantó iProfesional , a principios de enero La Bancaria cerró con las entidades financieras una suma fija de $2.200 a cuenta de la paritaria en marzo. Al igual que el año pasado, el acuerdo se hizo por fuera del Ministerio de Trabajo ante la reticencia de las autoridades a convalidar una negociación "abierta".

Los camioneros habían hecho lo mismo a fines del 2013, cuando consiguieron el "plus" de fin de año.

Lo que viene Todos estos casos, apenas comenzado el 2014, marcan tendencia para el resto de los gremios, en un escenario que se pronostica como de alta conflictividad.

Ya sin autoridad ni aliados sindicales de peso, resultará difícil evitar que se produzcan "efectos contagio" . La mayoría de los sindicatos hacen reclamos parecidos, con foco en la inflación y dejando en un lejanísimo segundo plano temas tales como la productividad o la rentabilidad sectorial .

El Gobierno asiste así a una de sus peores pesadillas : el mismo mecanismo que lo ayudó a consolidar su poder político es hoy uno de los principales factores de desestabilización económica .

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