Nota
Tras la disparada del dólar y las especulaciones sobre la supervivencia del acuerdo de precios, la CGT reactivará el pedido de desdoblamiento de las negociaciones paritarias. Sindicalistas opositores y oficialistas ya habían propuesto para este año el cierre de convenios colectivos semestrales, en vez de los anuales, para no perder la carrera contra la inflación.
Ahora volverán a la carga. "Se está viviendo una situación extraordinaria. Acá hay una realidad que manda y si no nos sentamos a negociar la cantidad de veces que sean necesarias, habrá conflicto", atizó Juan Carlos Schmid, secretario general de Dragado y Balizamiento y mano derecha de Moyano.
La gran mayoría de los convenios sindicales contempla una "cláusula gatillo" que habilita la reapertura de las paritarias frente a cualquier golpe de bolsillo.
"Insisto, la realidad es la que manda: uno firma por un año pero si no abren las negociaciones dejarán vía libre a una protesta de dimensiones impensadas. En el otro extremo, si la abren cada dos meses también sería malo porque eso significa que el país está en el horno", dijo Schmid.
¿Pero tienen idea cuánto van a reclamar?
El gobierno tiene su pauta. Pero no podemos sentarnos a negociar por menos del 30 o 35 por ciento.
El gobierno tenía intenciones de cerrar trato por el 20%, y la CTA oficial, de Hugo Yasky, habla del 25 por ciento.
La realidad dice otra cosa. Y con la remarcación que hay estamos hablando del 30 o 35% para la primera parte del año. Después, de acuerdo a la evolución de los precios, habrá que actualizar al menos cada seis meses. Hay muchos gremios que, ante estas circunstancias, quieren adelantar las paritarias.
¿Usted dice que el plan oficial Precios Cuidados no se va a poder mantener en el tiempo?
Son los mismos supermercadistas los que plantean dudas al respecto. Pero, insisto, así como están las cosas, tenemos que actualizar periódicamente los ingresos de los trabajadores.
Curiosamente, el más osado en los reclamos fue Ricardo Pignanelli, titular de SMATA e integrante de la CGT oficial. Para el dirigente mecánico y hombre cercano a la Casa Rosada, las paritarias no deben ser ni anuales ni semestrales sino trimestrales. "Cada tres meses tenemos que valorar el trimestre anterior, cómo anduvo la industria, y ahí pedir. Creo que tiene que ser un gran acuerdo que después se regule automáticamente", consideró.
La idea va a contrapelo de las políticas oficiales, que para frenar la carrera entre inflación y salarios, apunta a acuerdos de largo plazo. De hecho, el Ministerio de Trabajo homologó en los últimos años convenios de hasta 18 meses, que incluyeron mejoras escalonadas, complementadas con sumas fijas no remunerativas.
Esta semana, el dirigente del Partido Obrero Jorge Altamira se sumó al coro de voces incluso aquellas que están sus antípodas que presagian un nuevo "Rodrigazo". La palabra evoca un período controvertido de la economía en tiempos de Isabel Perón, en el que su ministro de Hacienda, Celestino Rodrígo, puso fin a dos años de congelamiento de precios y tarifas, y los gremios salieron a reclamar fuertes mejoras salariales, abonando su cuota al espiral inflacionario del momento.
Las idas y vueltas del equipo de Hacienda que lidera Axel Kicillof flexibilización del cepo incluida alimentaron la avidez especulativa. ¿Ejemplos? Varias concesionarias retacearon los precios de los autos en las vidrieras. Y algunas automotrices que tuvieron ventas récord en los últimos años advirtieron puertas adentro sobre eventuales suspensiones y despidos de personal.
A esa bola de nieve alarmista abonaron los referentes económicos del Frente Renovador, el espacio político de Sergio Massa, que hizo conocer un proyecto de ley para suspender los despidos sin causa por seis meses.
"A la inseguridad física por la delincuencia y a la inseguridad económica por la inflación, hoy se agrega la inseguridad laboral por los temores de las empresas", argumentó el diputado nacional al defender su iniciativa.
Carlos Tomada lo cruzó en seco. "Ese proyecto es inútil porque no existe ni por asomo una situación crítica en el mercado de trabajo. La generación de empleo se mantiene y los movimientos de bajas e ingresos en las empresas se desenvuelven, en general, con normalidad", argumentó el jefe de la cartera laboral.
Sin decirlo expresamente, el ministro acusó al massismo de jugar con la idea de la profecía autocumplida: "Cabe preguntarse por la real motivación de la iniciativa de Massa y resulta evidente la intención de ayudar a fabricar artificialmente otra 'crisis', jugando irresponsablemente con algo tan valorado como el trabajo".
Para Tomada se trata de una verdadera afrenta, sobre todo porque durante su década de gestión se crearon 6 millones de nuevos puestos de trabajo y se redujo el desempleo de 24 a 6,8 puntos.
Sin embargo, la CGT moyanista descree de esos números. "No se puede tapar el sol con las manos. En enero, en este país, comenzó otra historia. No es de 6,8%, como se dice, y como nos quieren hacer creer Tomada y Kicillof", describió Schmid.
¿Ustedes qué números manejan?
Nosotros manejamos cifras de entre el 10 y el 12% de desempleo.
¿No creen en una mejora de los índices de empleo?
No somos nosotros, es la gente la que no cree. Nosotros decimos lo que vemos y queremos manejarnos con cautela. Pero estamos preocupados. Preocupados y en alerta.
