Por Julio Gutièrrez
Luego de la fatídica gestión del contador Raúl Argañarás al frente de FAdeA, la situación de la fábrica ha quedado con un pasivo muy importante y lo peor no es eso sino el tiempo perdido, el despilfarro de dinero y el escaso avance en proyectos de construcción, dado que la energía de dicha gestión sólo estuvo orientada en la lucha intestina entre los empleados y el sindicato APTA. El diseño y producción aeronáutica no estuvo dentro de sus objetivos.
El dinero que el ministerio de economía le giraba para el pago de proveedores era usado con otros fines tales como pagar sumas de dinero a trabajadores para que se pasen del gremio APTA hacia el sindicato oficial de FAdeA, se regalaban LCD, electrodimèsticos, bonus extra y toda clase de premios para debilitar el sindicato de APTA conducido por Ricardo Cirielli, convertido a esa altura en el enemigo a vencer.
Hoy FAdeA es casi un reducto para militantes, con un excedente grande de gente que no tiene formación para esta actividad.
Mientras tanto y para disimular la interna en la fábrica, se anunciaban diversos emprendimientos, ya sean de manera oficial o por canales más informales, tales como la fabricación de un helicóptero biturbina, un avión de transporte y pasajeros, un avión de combate (el Pulqui III) y un entrenador primario. Más líneas de montaje que la propia Boeing y demasiado bueno para ser cierto, pero sólo eran cortinas de humo para dar sensación de estar trabajando, cuando en realidad la fábrica no producía nada, pero había que cambiar la imagen de “la fábrica que no fabrica”.
También se incorporaban militantes y no personal MMA como lo hacen CATIC o Embraer por citar algunos, el dinero también se destinaba a contratar micros y pagar gente para enviar a actos oficiales, además de otros desvíos con destino particular. No es extraño que entonces no se le hayan pagado a los proveedores. Argañarás era un funcionario nombrado por el ex Ministro de Defensa Puricelli, también de manejo poco transparente del presupuesto.
Fin de una etapa oscura
Alarmados por el desmanejo de la gestión Argañarás, el actual ministro de Defensa, tomó la decisión de desvincular de FAdeA a Raul Argañarás. Tras su gestión queda un tendal de deudas a proveedores, proyectos inconclusos, algunos de los cuales ya tienen final definitivo, todo esto contribuyó a formar una mala reputación que no mostraba al inicio de la reestatización de la fábrica y lograr tener una imagen de seriedad parecía estar al alcance.
Se replantea entonces el futuro de la fábrica y la actual gestión tiene metas menos ambiciosas, pero más realistas como el completar la serie Pampa III para ser entregados a la FAA, realizar el mantenimiento en tiempo y forma de sus aeronaves (esto es una deuda pendiente) y llevar adelante la modernización del Pucará.
Otros proyectos posibles para FAdeA
Ahora la fábrica debería concentrar sus esfuerzos en completar la serie de 40 IA.63 Pampa III y apuntar a su comercialización en el extranjero. El tener la línea de fabricación del Pampa activa será una buena señal para posibles compradores en la región.
Otro proyecto que puede tener un buena recepción en el mercado es el Pucará, ya que su concepto actualmente ha sido revalidado y muchos fabricantes han lanzado aeronaves adaptadas para misiones de ataque ligero, siendo que el mercado en este momento lo ocupan entrenadores primarios adaptados al ataque al suelo y hasta fumigadores que a diferencia del Pucará son aeronaves que no fueron diseñadas para tal fin. El Pucará es la única aeronave diseñada para el apoyo cercano de este tipo de aeronaves. El único que es bimotor, lo que lo hace aumentar sus posibilidades de supervivencia en combate.
Un nuevo Pucará (Super Pucará) podría ser realizado con técnicas de fabricación actuales, de última generación y materiales compuestos, gracias a la fabricación de partes hechas con control numérico que podrían reemplazar a las soldaduras (de punto y cordón), las piezas serían rediseñadas, incluso hoy se están rediseñando y con control numérico para la actual modernización. Esto había sido estudiado en la anterior gestión de Argañarás y tendría que ser reevaluado.
Luego de casi 40 años de operación, se conocen estructuralmente cuales son los puntos débiles que están siendo reforzados con piezas hechas recientemente. También y dado que FAdeA ha encarado la fabricación de materiales compuestos, podría usarse estos materiales en este “Super Pucará”.
Esto tendría que estar atado a la modernización del actual Pucará, tal como sucedió con la del Pampa, que al principio se hizo la modernización del Pampa a Pampa II y ahora estamos en la etapa de refabricación del Pampa III. El entrenador básico IA.73 queda para ser producido a mediano plazo.
La fabricación de partes y conjuntos para terceros, como el proyecto KC-390, es una fuente de ingresos y de adquisición de know-how invalorable para FAdeA, así como también activar el sector de materiales compuestos que tiene la fábrica. Existía la intención antes de la gestión de Argañarás de fabricar cascos y chalecos de materiales compuestos para las FFAA, que también generan ingresos a la fábrica
Proyecto Helicópteros
Descartada la fabricación del Z-11, el proyecto helicópteros debería reorientarse hacia el el desarrollo de helicópteros retomando el apoyo a Cicaré en el helicóptero CH-14 y el posterior CH-16, recordando que el proyecto fue interrumpido cuando faltaba la homologación, el desarrollo de otro prototipo hecho en materiales compuestos, que alivianaban el helicóptero permitiendo asi transportar una mayor carga bélica y blindaje, como así también de un glass cockpit para el cual tenía ofrecimiento de otras empresas internacionales.
Ya existe un acuerdo para homologar el CH-12, en cambio el CH-14 todavía no fue homologado. Cabe recordar que el trabajo de Cicaré se limitaba a desarrollar el prototipo, pero la producción en serie solo podía llevarse a cabo en FAdeA.
No son ideas imposibles de llevar a cabo, son metas posibles y razonables. Son los únicos proyectos de fabricación que tiene la fábrica y diseños que están desde hace tiempo esperando el apoyo de la fábrica como es el caso de Cicaré. El gerenciamiento de ellos llevado a cabo por gente idónea es posible para que la fábrica vuelva a ser la fábrica que fabrica.
