Nota - Opinión
Opiniones
Lo que contaré a continuación me sucedió hace exactamente tres semanas en el aeropuerto de Catania, una de las principales ciudades de Sicilia, en Italia, cuando me presenté en el mostrador de Ryanair, la popular línea aérea de bajo costo.
Esta empresa tiene 320 rutas y 250 aviones, todos Boeing 737-700 de última generación. Transporta por año nada menos que 12 millones de pasajeros, una cifra muy importante si la comparamos, por ejemplo, con la de Aerolíneas Argentinas, que apenas alcanzó el año pasado 8 millones de pasajeros.
Ryanair es la más importante entre las que realizan este estilo de viajes, pero a su vez, tal como lo difunden los medios y las redes sociales, es la peor de todas las aerolíneas. El caso de este periodista quizá pueda servir de ejemplo: me alojé en el mismo hotel de la terminal aérea, estuve dos horas antes del vuelo y, sin embargo, me cobraron una multa que jamás imaginé: 125 euros, que equivalen a 170 dólares, por no haber hecho el check in por mi cuenta.
Al conocer esta desagradable noticia y como faltaba tanto tiempo, le pedí al empleado de Ryanair si lo podía hacer él mismo desde su escritorio, pero me respondió tajantemente que si no pagaba la multa no me dejaba subir. Lo extraño del caso es que había pagado por el vuelo a Roma 90 euros, y el sobrecargo me costó mucho más.
Ryanair gana por año, con sus mil vuelos diarios, unos 400 millones de dólares. Es de origen inglés y el nombre se lo debe a que el propietario se llama Ryan. Los asientos no son reclinables, no tienen paño reposa cabeza y no se pueden elegir ni siquiera en el momento del despacho. Como la butaca me la habían dado en una fila de tres y al medio, solicité que me pasen al pasillo, pero nuevamente la respuesta fue categórica: "El asiento lo elige la computadora".
Claves de su éxito
La primera empresa de bajo costo comenzó en 1949 en Estados Unidos y se llamaba Pacific Southwest.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) tiene en el mundo 242 líneas afiliadas. Las de bajo costo también tienen una asociación semejante, pero no dan a conocer la cantidad de miembros que la constituyen.
El año pasado, en Europa, el 51% de los pasajeros eligió una de bajo costo. Y en todo el mundo lo hicieron 42 millones de personas.
Una de las claves de su éxito está, por supuesto, en el precio, y además en que poseen aviones nuevos y son puntuales. Además solo aceptan equipaje hasta 10 kilos, no pagan comisión a las agencias de viaje y generalmente utilizan aeropuertos secundarios, distantes de las ciudades.
Otro punto central en el ahorro es que el avión se detiene en las terminales apenas 25 minutos, contra los 50 del resto de las líneas. Esto deriva a un menor costo en el alquiler de mangas que abonan a los aeropuertos. Además, aunque parezca mentira, hasta los pilotos colaboran cargando las maletas para que la partida sea rápida, a pesar de cobrar menos salarios que en las principales aerolíneas.
¿Cómo competir?
Las líneas tradicionales, en especial en Estados Unidos y Europa, sufren las consecuencias de esta inusitada competencia. Por eso, varias de ellas han creado empresas subsidiarias de bajo costo. Por ejemplo Air Canadá tiene a Tango; Iberia a Vueling y a Air Nostrum; KLM tiene a Buzz; British Airways posee Go Fly, la australiana Qantas a Jetstar, la poderosa United Airlines, con sede central en Chicago, tuvo que crear Ted; y la Singapur, considerada durante dos décadas como la mejor, ahora desplazada por Emirates, debió crear Asia Airways.
Por su parte la irlandesa Aer Lingus, en medio de grandes desequilibrios financieros, tuvo que ofrecer para la ruta Londres-Nueva York un vuelo a 120 euros. Y la Air New Zeland, la más segura del mundo, se vio obligada a bajar los precios porque Kiwi, una impensada competidora, le quitaba gran parte de su mercado.
Recientemente conocí otra novedad de la industria cuando viajé por Alitalia Express, desde Milán hasta Palermo, desde la terminal Bérgamo, situada a 55 kilómetros del centro milanés. Como se deduce, esta empresa pertenece a la conocida Alitalia, la cual acaba de venderse a Ethiad, de origen africano pero perteneciente a Emirates.
Las mejores
Según una clasificación realizada a nivel global, las siete mejores líneas de bajo costo son: 1.- Norwegian (Noruega); 2.- Easyjet (Inglaterra); 3.- Germanwings (Alemania); 4.- Niki (Austria); 5.- Air Baltic (Lituania); 6.-Wizz Air (Polonia) y 7.- Wow Air (Islandia). Acotemos que Niki pertenece al excampeón de Fórmula 1 Niki Lauda.
El vuelo más corto del mundo lo realiza Easy Sky, una de bajo costo. Dura apenas 8 minutos y une La Ceiba con la isla de Roatán, pertenecientes a Honduras. Cuesta 25 dólares, lo mismo que si hace el trayecto en ferry.
Otro extraño caso se da en Nigeria, que insólitamente tiene cuatro líneas de este tipo.
En América
En Estados Unidos existen 16 empresas de bajo costo. Aunque no podemos dejar de mencionar que otras 17 fueron a la quiebra. La número uno es Southwest, que opera en 65 ciudades con más de 3.300 vuelos al día, transportando más de 120 millones de pasajeros por año.
En América Latina se destaca México, que tiene una decena de compañías. Entre ellas Volaris, la cuarta del país; Viva Aerobus e Interjet. Hay otras que sobresalen por su gran avance, como por ejemplo Jet Blue, que ofrece televisión satelital en directo.
En América del Sur son muy pocos los casos. En nuestro país no hay ninguna, porque la única que existió fue Lapa, la cual quebró luego del fatal accidente en Aeroparque.
En Colombia existen cuatro y en Brasil seis, de las cuales ninguna llega a nuestro país, ya que Gol no es considerada como una de estas operadoras de bajo costo, a raíz de que solo tiene tarifas un poco más bajas que las tradicionales. Por su parte, Guatemala y Ecuador, tienen una empresa cada una.
Más allá de las diferencias que puedan tener entre sí, a todas las engloba el mejor eslogan, que es propiedad de la empresa Easyjet: "Vamos, volemos...".
