Nota - Economía - Pag. 9
Crecen las desvinculaciones en el personal con menor antigüedad y de las áreas menos críticas
Por Francisco Jueguen
LA NACION
No suenan las alarmas. No hay, con excepción de en la golpeada industria automotriz, una efervescencia crítica. Parece más bien un movimiento silencioso, un cambio de foco, el decantamiento de la recesión.
De a poco, en un país que conoce de ciclos económicos, las empresas comienzan a ubicar a los despidos en su agenda cotidiana. Y en este universo de desvinculaciones puntuales sufren más quienes trabajan en las áreas menos críticas de las empresas y aquellos que tienen menor antigüedad. Es cuestión de costos, variables que las compañías cuidan en extremo en tiempos de decreciente competitividad.
Así lo indica una encuesta de SEL Consultores sobre Administración de Desvinculaciones, un tema que la consultora reflotó por interés de sus clientes, principalmente empresas multinacionales en el país. La misma asegura que los despidos actualmente se definen, según las empresas, por baja evaluación de desempeño (92%), pero particularmente en los departamentos menos críticos (32%) y con el personal que menos tiempo lleva en la compañía (20%). Es revelador que la incidencia de estos dos últimos puntos creció bastante en un año (era de 19% y 10% en 2013, respectivamente). "Esto está asociado al contexto", explica María Laura Calí, directora de SEL. "Las empresas quieren recortar costos, pero sin perder los talentos que tanto les costó atraer en otras épocas", completa la socióloga. Tiempos del famoso wait and see, que incorpora el largo plazo a sus decisiones.
En general, los puestos que más sufren son los de operarios y el personal eventual, cuenta Calí. Un buen ejemplo se observó esta semana. Las calles del microcentro porteño fueron el escenario de varias protestas por el despido de un centenar de trabajadores de la autopartista Lear.
Pero el ajuste llegó para quedarse. Los departamentos de RR.HH. que prevén encarar desvinculaciones en el corto plazo sólo piensan en "beneficios" (outplacement, extensión de la cobertura de salud, inclusión del auto o pago de montos indemnizatorios superiores, entre otros) que se ofrecerán en menor proporción y sólo a algunos trabajadores. En particular, a gerentes o directores, o sea a aquellos que no estarían entre los más afectados por la coyuntura.
La irrupción de la nueva agenda empresarial es a cuentagotas. Por eso, más allá de los despidos puntuales, según SEL, creció la aplicación de programas de retiros anticipados (ya lo adopta un 29%), de retiro voluntarios (15%), reducción de horas extras (20%), suspensión de ingreso de nuevo personal (22%) y adelanto de vacaciones (10%),
El viento de cambio es poderoso. Por primera vez desde agosto de 2009, cuando estaba en pleno desarrollo la crisis financiera mundial, la encuesta de expectativas sobre contratación de nuevos empleados de SEL entregó resultados negativos. Mientras un 15% de 144 compañías líderes relevadas prevé incrementar sus dotaciones, otro 17% dice que las disminuirá. En sintonía, la encuesta de expectativas de la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS-Gallup informó esta semana que el 14% de los argentinos considera que hay muchos o bastantes puestos de trabajo disponibles actualmente, mientras que un 24% opina que no hay ni muchos ni pocos y el 58%, asegura que hay pocos o muy pocos.
"Hay un incremento de los planes de retiro, pero no es una cuestión masiva", afirma Danilo Miño, gerente general de Towers Watson. "Lo que se viene escuchando mucho últimamente tiene que ver con los retiros anticipados", confirma Gabriela Mourguiart, senior manager Aon Hewitt. "Más allá de la crisis presente, no debe perderse de vista el largo plazo. No siempre es necesario realizar grandes cambios, sino simplemente ajustar los programas existentes", estima Eugenia Lesca, manager de PwC Argentina.
Más allá de que en el Ministerio de Trabajo se hable de "estabilidad" en el mercado laboral, incluso los cuestionados datos oficiales son contundentes. En dos sectores cuya dinámica está atada al crecimiento económico el golpe es evidente. Según los datos de la cantidad de ocupados que declaran las empresas al sistema jubilatorio en la construcción la baja fue de 1,2% (unos 5000 puestos menos) y en la industria, de 1,1%, una pérdida de 12.609 ocupaciones formales. Todo en el primer trimestre de 2014 en relación con el mismo dato de 2013. Smata informó que hay 12.000 trabajadores con problemas. Mientras, el último informe de coyuntura del Ieric estimó que en abril hubo 382.216 puestos de trabajo registrados en la construcción, unos 18.000 menos que en 2013.
Las compañías reducen costos
32%
Personal no crítico
El personal definido como no clave para el negocio aparece entre los primeros en ser desvinculados, según las empresas
20%
Los de menos antigüedad
Aquellos con menos tiempo en la empresa también están bajo la lupa, principalmente porque el costo de indemnización es menor para las firmas.
