Cartas al país
Estoy esforzándome para poder coincidir con el “relato”, pero no encuentro coincidencias para aceptar la “década ganada”. Si hago un racconto de las medidas que he coincidido y apoyado, debo comenzar por la decisión de crear una Corte Suprema independiente y con jueces probos para mejorar la calidad de la Justicia, pero cuando comenzaron a tomar decisiones que no eran del gusto oficialista, las maniobras para desplazar a jueces, fiscales y funcionarios judiciales se hicieron de una forma descarada. La política de Derechos Humanos no se puede discutir, juzgando y condenando a los genocidas de la última dictadura, amnistiados por el gobierno “peronista” de Menem. Pero en el medio se cooptaron organizaciones de trayectoria impecables como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, distorsionando sus objetivos a cambio de prebendas, entronando en el máximo cargo del Ejército a un general sospechado firmemente de haber actuado en la represión.
Merece un capítulo aparte el tratamiento a los hijos de la señora de Noble, hostigados, buscando comprobar que eran hijos de desaparecidos, hasta que las evidencias los llevaron a admitir que fueron adoptados legalmente, aunque nunca lo hayan reconocido. ¿Quién puede estar en desacuerdo en que se había logrado el equilibrio fiscal, el PBI creció como nunca, y las reservas alcanzaron niveles inéditos, se desendeudó al país y se canceló toda dependencia del FMI? ¿Podemos estar en desacuerdo con la Asignación Universal por Hijo, que millones hayan logrado jubilarse, que los más desposeídos accedan a un plan Trabajar para paliar sus mínimas necesidades por estar desocupados? No. Pero la inflación ya no se puede ocultar, mintiendo con la manipulación estadística. De todos los medios independientes que había al comienzo de la década, quedan el Grupo Clarín (pésimamente llamado monopolio) y el diario La Nación, hostigados de toda forma y color.
Cuando asumió el Gobierno actual, la promesa principal fue de gobernar para todos y para todas, pero si desentís sos traidor, si protestás sos destituyente y fascista, si no estás de acuerdo con la marcha de la economía sos un gorila. Quiero tratar de coincidir con su política anticorrupción, que arrancó bien con el caso Skanska pidiéndole la renuncia a dos funcionarios. Todo se diluyó apenas comenzaron las denuncias contra Jaime, Lázaro Báez, Boudou, donde la máxima preocupación fue quitar del camino a funcionarios judiciales honestos y culpar a Clarín. Pero de juzgar y condenar, ni “mu”. Sólo me queda concluir que el relato (ya re latoso) oficial es el que miente y que se trata lamentablemente de una década gastada.
Eduardo Raimondo eduardoraimondo@hotmail.com
