Correo de lectores
Escribo debido al maltrato que sufrí por parte del personal de Aerolíneas Argentinas en Aeroparque. Tengo 92 años, soy jubilada, estoy en silla de ruedas y debía viajar a Catamarca.
Mi vuelo salía 10.20 y llegué dos horas antes, acompañada por mi hijo Héctor. Me dijeron que iba a subir a las 9.55 y que me pasarían a buscar. Mi hijo se retiró y a mí me llevaron a una oficina, junto a otro señor también discapacitado.
Al ver que pasaba el tiempo y no venían a buscarnos me acerqué a preguntar al empleado, que me contestó, de mala manera, que no me preocupara.
El avión finalmente despegó, nunca vino nadie y quedé sola en la oficina. Llamé a mi hijo para que me vuelva a buscar, pedimos explicaciones y la respuesta fue que no habíamos podido viajar por haber llegado tarde al traslado.
Una mentira absoluta y una falta de respeto. Pero la historia no termina allí. Al otro día volvimos a llegar dos horas antes, y de vuelta debimos esperar. Mi hijo discutió con el empleado, quien se rehusó a dar su nombre, hasta que aparecieron las sillas de ruedas y nos llevaron a abordar el avión veinte minutos antes del despegue. Sentí mucha impotencia y bronca por este maltrato de Aerolíneas.
Juliana De Gennaro DNI: 0156.178