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Por Adrián Simioni
Mientras el mercado monta guardia sobre las cuentas fiscales para tratar de adivinar cuál será el futuro de la política monetaria y del valor del dólar, la Asociación Argentina de Presupuesto (Asap) acaba de dar a conocer su análisis del desempeño fiscal nacional en marzo.
Las noticias no son muy halagüeñas. El gasto total aumentó 39,2 por ciento en el primer trimestre del año, siete puntos por arriba del promedio de 2013.
Eso determinó, para el primer trimestre, un déficit fiscal (financiero) de 6.691 millones de pesos, cinco veces mayor al del primer trimestre de 2013. La cifra estuvo fuertemente influida por el enorme "rojo" acumulado en marzo, que llegó a 12.939 millones de pesos
Para los analistas, es vital que el gobierno de Cristina Fernández contenga el gasto público. De otro modo, el Banco Central se ve forzado a emitir dinero sin respaldo para asistir al Tesoro.
Esos pesos se traducen en inflación, por lo que el Central sube las tasas con el fin de retirarlo del mercado. Pero esa suba de tasas desalienta el consumo y la actividad económica, enfriando la economía.
Entre los gastos que más aumentaron están las transferencias para subsidiar a empresas públicas, fondos fiduciarios y al sector privado. Estas partias subieron nada menos que 57 por ciento respecto de un año atrás (habían subido 34 por ciento promedio en 2013).
La mayoría de esas transferencias (88 por ciento) son corrientes, es decir, no son inversiones sino para sostener el día a día operativo de empresas como Aerolíneas Argentinas y Aysa y servicios públicos como la energía o el transporte.
Como consecuencia, el déficit fiscal del primer trimestre llegó a 6.691 millones de pesos.
