(Córdoba) - Web - Negocios
Por Roxana Acotto
Mariano Recalde es el CEO menos exitoso -al menos- del Cono Sur. Pero posiblemente sea uno de los políticos más hábiles de la Argentina, sobre todo para manejarse en el frente interno del Gobierno nacional y conseguir el aval presidencial para sus descalabros.
Estuvo a punto de convencer a CFK para quitarle rutas a LAN en el país y molestó a la aerolínea chileno-brasileña buscando quitarle su hangar clave en el Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires; con su visto bueno, además, logró hacerle pagar a LAN servicios de rampa que la perjudican claramente, aun cuando un contrato les garantizaba un precio mucho menor.
Pero si es dañino hacia afuera, Recalde lo es mucho más puertas adentro de la empresa que preside: el último informe de la Auditoría General de la Nación encadena una serie de disparates económicos que sólo pueden contrarrestarse descalificando a los auditores.
"Por cada 100 pesos de ingresos, la empresa gastó 158 pesos para el año 2011; y de cada 100 pesos de ingresos para el primer semestre de 2012, gastó 149 pesos", calculó la AGN con base en los últimos datos disponibles.
El auditor Alejandro Nieva lo dice claro: "En cualquier empresa donde se pierden casi 1.000 millones de dólares en un año y medio, los accionistas no perderían ni un segundo en echar a los responsables". Pero sucede que Aerolíneas Argentinas es mucho menos una empresa y mucho más un botín político carísimo para los contribuyentes.
Además de perder dinero en todas las rutas al exterior, triplica en cantidad de pilotos por aeronave a compañías similares y todos sus indicadores son lamentables. La cantinela de que garantiza la conectividad de los argentinos es una media verdad: por mucho menos dinero, se podría lograr el mismo servicio y nada justifica competir con gigantes de la aeronavegación comercial en destinos internacionales que sólo utilizan los argentinos más ricos.
Por mucho, muchísimo menos dinero de pérdidas, el admirado "Pepe" Mujica dejó en tierra a la uruguaya Pluna. Además de ser un país más pequeño, Uruguay es mucho más racional a la hora de asignar su gasto público.
Los datos de la AGN que se conocieron en la semana que pasó fueron explosivos pero no novedosos. El libro que Franco Rinaldi publicó recientemente sobre Aerolíneas Argentinas analiza con detalle y profundidad el descalabro de la empresa de bandera. Un largo cuestionario del autor -especializado en el mercado aerocomercial- no quiso ser respondido por las autoridades de la empresa.
Un párrafo de ese trabajo resume la gestión pública en Aerolíneas Argentinas: "Al no poder conseguir sus objetivos fundamentales, la autoproclamada gestión pública, que cacareó soberanismo y protección de las fuentes de trabajo, perdió también la posibilidad de aportar su granito de arena para hacer progresar la industria aerocomercial de la Argentina. Dos mil días y más de 4.000 millones de dólares después, esto no ha ocurrido".
