Lo que cuento a continuación podría servir como ejemplo para los políticos argentinos. La reina de Holanda pasó por Buenos Aires para visitar a su padre, que se encuentra gravemente enfermo. Llegó en la mañana de un sábado, tras viajar acompañada por un grupo de escoltas. Se dirigió directamente a la clínica Fundaleu, donde su familiar estaba internado. Durante casi toda su corta estadía permaneció allí. El domingo por la tarde, un día después de su arribo al país, abordó un vuelo comercial de la compañía Air France que la llevó de regreso a Europa.
Reflexión: Máxima es argentina, y llegó a ser la reina de Holanda. Nuestros gobernantes difícilmente usen aviones de línea. Hace pocos días cuatro funcionararios viajaron de Santa Cruz, casi a la misma hora y utilizaron tres aviones oficiales. Poco después, dos ministros viajaron a la cumbre del G-20 en Australia, para lo cual se alquiló un avión suizo, a un costo de 650.000 dólares.
Eso también explica el déficit fiscal, que entre otras causas provocan la gran emisión y el incremento de la inflación.
Luis Elbaum
