La oposición y el campo la acusaron de estar alejada de la realidad; Carrió dijo que "delira"
El duro discurso que pronunció anteayer la Presidenta Cristina Kirchner, en el que lanzó múltiples acusaciones contra los Estados Unidos y "sectores concentrados" que quieren "voltear" la economía de la Argentina, generó un abanico de repercusiones tanto desde el oficialismo como desde la oposición.
Por un lado, el Frente Amplio-UNEN, Pro, el Frente Renovador, el peronismo opositor y dirigentes rurales expresaron un rechazo unánime a las palabras de la mandataria.
Desde FA-UNEN, el senador radical Ernesto Sanz reclamó a Cristina "que deje de alucinar conspiraciones y salga a la calle", y agregó que "cuando un gobierno pierde el norte, inventa enemigos y se desentiende de las urgencias diarias de los argentinos". Por su parte, la diputada Elisa Carrió resaltó que es "preocupante" la "salud" de la primera mandataria y consideró que sus denuncias sobre presuntas amenazas la muestran como alguien que tiene el "delirio de ser una persona universal idéntica al papa" Francisco.
El diputado Martín Lousteau agregó que el Gobierno "está cada vez más alejado de la realidad" y "siempre busca enemigos rotativos", mientras el jefe del bloque de Diputados del Frente Renovador, Darío Giustozzi, subrayó que las acusaciones de la Presidenta fueron para "disimular los errores propios".
Desde Pro, las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich consideraron que fue "ridículo" el discurso. Alonso opinó que la mandataria "ha entrado en una fase delirante, que es grave en términos políticos e institucionales". Bullrich, por su lado, aseguró que la estrategia oficial fue primero apuntar contra los "medios de comunicación corporativos, el campo, la oposición y las automotrices", pero que ahora"busca enemigos de mayor peso, puertas afuera".
En duros términos se expresó también el ex presidente Duhalde, que acusó a Cristina Fernández de seguir "la política de Venezuela" y señaló que la "teoría del complot" le produce "inflamación testicular", lo cual recibió una dura respuesta de la Presidenta (ver página 13).
También los dirigentes agropecuarios rechazaron las acusaciones de Cristina Kirchner de ser parte de una conspiración para "voltear" al Gobierno. "Todos esos fantasmas que ve la Presidenta se eliminarían si fuéramos una economía estable", dijo el presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere. En tanto, el titular de Confederaciones Rurales Argentinas, Rubén Ferrero, consideró que "nada de lo que dijo coincide con la realidad de lo que está pasando en la Argentina".
En cambio, desde el oficialismo cerraron filas en defensa de Cristina y apoyaron cada palabra que expresó por cadena nacional. Así, retomaron las críticas hacia Estados Unidos, el Juez Griesa y los sectores de la economía "que buscan devaluar". En este sentido, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió sobre la existencia de "un golpismo activo" contra el Gobierno y denunció actitudes de "cipayaje" de sectores que "actúan siempre de la mano del enemigo" y de "las potencias".
En este sentido, el diputado Carlos Heller cargó contra la Sociedad Rural."Cuando los líderes de la Mesa de Enlace les dijeron a los productores que no vendan la cosecha también estaban operando en ese sentido", agregó el legislador en declaraciones radiales. Y sobre le fallo de Griesa, Heller consideró que "el fondo de la cuestión es hacer caer la reestructuración de la deuda".
Desde Comodoro Rivadavia, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, acusó a Estados Unidos de "intentos desestabilizantes" contra el gobierno nacional y de fomentar "ataques especulativos" en el ámbito local, especialmente de parte de sectores "exportadores".
