El caos vivido en Aeroparque por los vuelos cancelados de Aerolíneas Argentinas y Australconfirma la pésima gestión que caracteriza a esas empresas
Aerolíneas Argentinas y Austral no sólo padecen una ineficiencia y un déficit crónicos sino que, como quedó demostrado en los últimos cinco días, desde el inicio de las vacaciones de invierno, ambas empresas son incapaces de hacer frente a una demanda que supere los parámetros normales, aunque las vacaciones de invierno, como es sabido, se repiten todos los años.
El descalabro y el caos que se vivieron en el Aeroparque desde el viernes pasado fueron la cara visible de esa asombrosa incapacidad, imposible de hallar en otras líneas aéreas de similar envergadura. Nos referimos a la cara visible en Buenos Aires pues, aunque en menor escala, el desastre de las decenas de vuelos cancelados y reprogramados tuvo su lógica contrapartida en los aeropuertos del interior y en la terminal de ómnibus de Retiro, adonde forzosamente debieron recurrir muchos frustrados pasajeros porque Aerolíneas yAustral no podían cumplir sus compromisos. Para muchos, fue un pésimo comienzo de las vacaciones, con la lógica amargura y la pérdida de dinero y de tiempo.
El viernes, cuando empezaron las demoras que pronto se tradujeron en cancelaciones, se habló con insistencia de una sobreventa de pasajes y también de un posible incremento en la frecuencia de los vuelos con el número habitual de aeronaves. Como siempre ocurre cuando está de por medio uno de los fetiches del kirchnerismo, y Aerolíneas lo es, junto con su titular, Mariano Recalde, las explicaciones oficiales sobre lo ocurrido fueron vagas, irritantes y contradictorias. A la imposibilidad de cumplir con los vuelos vendidos se sumó la ineficiencia para comunicar con franqueza y veracidad. Al no aclarar nada, se terminó confirmando de hecho que todo se debió a la pésima administración de una empresa a la que el año pasado el Estado tuvo que girarle 4400 millones de pesos.
Aunque cueste creerlo, para Recalde se trató de algo equiparable a una fiesta: "Aeroparque parece la cancha de Boca con la cantidad de gente que hay" porque, agregó el domingo luego de votar en el ballottage porteño, las vacaciones de invierno establecieron "un récord de pasajeros en la historia de Aerolíneas". A ese récord atribuyó el caos y, si bien admitió que hubo que "reprogramar los vuelos y reubicar a los pasajeros", consideró que la situación se estaba "normalizando". Sin embargo, ayer continuaban los problemas y Recalde debió reconocer que todavía había "algunas dificultades con pasajeros por reubicar". Para el presidente de la línea aérea de bandera no existió sobreventa de pasajes. Mencionó, en cambio, un conflicto con los controladores aéreos que tuvo lugar la semana pasada, un quite de colaboración de pilotos y algunos destinos del interior del país con meteorología adversa. A su voz se sumó la del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, para quien Aerolíneas "ha sido administrada cuidadosa y prolijamente". Fernández no sabe que el sitio flightstats.com la ubicó última en un ránking de puntualidad entre empresas latinoamericanas.
