Se pronostica una baja de precios, más autonomía y nuevos usos.
Neuquén.- Paul Wallich es un papá como cualquier otro. Su familia vive en Vermont y siempre acompañaba a su hijo a tomar el colectivo para ir al colegio. Un día inventó un sistema para poder controlar que su niño llegara bien a destino aún cuando no pudiese acompañarlo. Era un pequeño dispositivo equipado con una cámara. Lo armó con piezas compradas por internet y le instaló un teléfono inteligente que transmitía imágenes en tiempo real a través de una aplicación de videochat.
Aquel invento casero fue noticia en todo el mundo y muchos lo señalan como el inicio de la “revolución dron”, esos pequeños aparatos a control remoto que originalmente fueron pensados para uso militar y se expandieron a los usos diarios. En un principio se los asoció con el aeromodelismo, pero se diferencian en la posibilidad de filmar y sacar fotos en alta definición, además de tener otro diseño.
La consultora Deloitte prevé un gran movimiento en el sector de los drones. Espera bajas en los precios, mayor autonomía de vuelo y nuevos usos, cada vez más ligados a lo cotidiano.
Amazon empuja el uso de esos dispositivos para la entrega de paquetes. Y dio un paso más al buscar que los pedidos se actualicen en tiempo real, utilizando la ubicación de la persona vía GPS y entregando el material en el lugar que se encuentre. Boeing patentó un sistema que permite a los drones cargar sus baterías en el aire, sin necesidad de aterrizar. La empresa noruega Prox Dynamics fabrica el Black Hornet, un dron de sólo 10 centímetros de largo y 2,5 de ancho que el Ejército de Estados Unidos usará para filmar en “territorio enemigo”. La novedad es que tiene un motor silencioso y permite almacenar todo el material que genera a distancia: si cae o es interceptado, no se pierde la información.
También se evalúan variantes de drones que se ponen en marcha arrojándolos simplemente al aire como si fuesen pelotas. En poco tiempo podrán ser más seguros y elegirán lugares de aterrizaje y hasta bajarán en forma autónoma cuando sea necesario.
La aún reciente aparición masiva de los drones genera también ciertos peligros, incluso físicos. Algunos aparatos incorporan una carcasa de corcho para proteger a aquella persona que por descuido toca las peligrosas hélices del aparato. Recientemente, el cantante Enrique Iglesias metió los dedos en una de las hélices y se cortó en pleno concierto. Sin embargo, la mayoría no incorpora estos elementos porque generan un mayor peso.
Los drones también han sido utilizados para la identificación de especies. Permiten elaborar mapas de vegetación muy precisos en los que se identifican especies nativas y se controla la aparición de plantas invasoras o algas. En otros casos, se han utilizado para reproducir las rutas de vuelo de aves de presa en libertad y obtener información ambiental de las zonas de caza y las áreas sobrevoladas.
La seguridad aérea y el impacto sobre la vida privada
El furor por los drones generó y genera serias complicaciones en la seguridad aérea debido a que alcanzan alturas importantes y pueden interferir en las rutas aéreas. En la Argentina ya elaboraron un proyecto de ley –presentado por la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC)– para regular la actividad. Es porque para dentro de tres años deberá existir una normativa internacional para poder utilizar los drones. En el caso de Neuquén, las autoridades del aeropuerto aseguraron que aún no hay inconvenientes por el uso de este tipo de dispositivos en el espacio aéreo de la ciudad.
En paralelo, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos reglamentó días atrás una disposición que afecta a los drones, aunque se centra en el impacto que pueden tener sobre la vida privada de las personas.
La disposición establece que las imágenes obtenidas a través de un dron y que incluyan información personal deben tener el consentimiento de las personas filmadas.
Sin embargo, el punto que genera polémica es el artículo 5, que estipula que para fines recreativos –y siempre que no tenga el objetivo de capturar datos personales de terceros– no se aplicarán las disposiciones reglamentarias. La definición parece dejar margen para la interpretación subjetiva y su consecuente uso.
