Durante los últimos doce años Leandro Despouy ha sido objeto de la hostilidad por parte de la Casa Rosada. El auditor General de la Nación que ahora tiene despacho en la remozada joya arquitectónica de Rivadavia al 1700 presentó más de tres mil informes con temas medulares en lo que quedó al desnudo la ineficiencia, desidia y corrupción en la prestación de servicios públicos -transporte ferroviario y aéreo, suministro de energía-, así como aduanas y fronteras. Despouy reunió la información en La Argentina auditada (Editorial Sudamericana).
Mientras, se pregunta, ¿por qué el Gobierno no permite que la AGN fiscalice YPF? ¿No confía en su órgano de control constitucional y sí en corporaciones extranjeras involucradas en gigantescos fraudes contables? ¿Acaso la AGN no ha defendido el interés nacional en la compra de Aerolíneas Argentinas al descubrir que el grupo español Marsans no declaró el verdadero patrimonio? ¿Por qué la compra d trenes a España y Portugal incluía unidades no aptas para la Argentina y muchas fuera de servicio? ¿Por qué la Policía de Seguridad Aeroportuaria no inspeccionó el jet de los hermanos Juliá? ¿No es llamativo que los grandes casos de contrabando de drogas solo salgan a la luz tras los allanamientos en puertos extranjeros?
Por qué el Gobierno no permite que la AGN fiscalice YPF?¿ No es llamativo que los grandes casos de contrabando de drogas solo salgan a la luz tras los allanamientos en puertos extranjeros? Leandro Despouy
