La dura derrota que sufrió el oficialismo en las elecciones de Mendoza fue una muestra de cómo el voto considerado independiente, que podría ser determinante en las próximas elecciones presidenciales, rechaza contundentemente la forma en la que el oficialismo decidió kirchnerizar las listas y la campaña electoral. Luego de 12 años de era K, gran parte de la sociedad apuesta y quiere un cambio a partir del 10 de diciembre.
Mendoza es una de las provincias más importantes del país, que venía siendo gobernada por el Frente para la Victoria. Por eso, una derrota como la que sufrieron los K en ese territorio cala muy profundo y ni por asomo puede ser compensada con la ventaja que ayer obtuvo la justicialista Rossana Bertone, encolumnada con Daniel Scioli, en la primera vuelta de Tierra del Fuego, la provincia más austral del mundo que tiene apenas 132 mil electores, casi 4 veces menos que La Plata.
Pese a la derrota en las Paso, el peronismo de Mendoza había llegado ayer en condiciones competitivas a partir del respaldo que venía expresando Daniel Scioli al gobernador Francisco Paco Pérez y, eventualmente, a los candidatos del Frente para la Victoria que se habían enfrentado y vencido- a La Cámpora en las elecciones primarias. Pero los movimientos que realizó Cristina Kirchner en la semana que pasó dinamitaron las pocas chances que tenía el justicialismo para revertir la historia de las Primarias. El dedo de CFK en el armado de las listas nacionales espantó a miles de votos independientes y a sectores moderados que decididamente decidieron apostar de lleno por el cambio ante la posibilidad de que Cristina siga manejando algunos de los hilos del poder después del 10 de diciembre.
Haber conformado una fórmula presidencial a dedo con Carlos Zannini el máximo representante del kirchnerismo de paladar negro- como compañero Scioli fue sin duda un paso en falso si lo que se busca es intentar captar a una parte del electorado que posibilite evitar un eventual balotaje, en un escenario donde entre el 60 y 70 por de la sociedad quiere un cambio de rumbo en el país. Pero, como si todo esto fuera poco, la primera mandataria fue por más e hizo que lo pusieran a su hijo Máximo Kirchner, seriamente implicado en el escándalo Hotesur, como candidato a diputado en Santa Cruz, con el claro objetivo de que obtengan los fueros que le impidan terminar tras las rejas, con el traje a rayas. Lo mismo hizo con varios integrantes de La Cámpora y funcionarios del gobierno nacional, involucrados en graves hechos de corrupción como es el caso del inefable Julio de Vido, los que también fueron incluidos en las lista de legisladores nacionales por la provincia de Buenos Aires.
Armar listas en función de conseguir fueros es de una torpeza política pocas veces vista. Ocurre que después del 10 diciembre es muy probable que la Justicia avance en distintas causas de corrupción y por más que los involucrados tengan protección legislativa, el escarnio público que significa estar procesado y/o condenado por haber metido la mano en la lata destruye cualquier carrera política. De ello puede dar cuenta el vicepresidente Amado Boudou, procesado en el affaire Ciccone y por haber truchado los papeles de un auto, que actualmente es un muerto político.
Ante este panorama, si el oficialismo no logra imponerse en primera vuelta en las próximas elecciones presidenciales, para lo cual deberá cosechar más del 40% de los votos y una diferencia de más de 10 puntos sobre el segundo, corre serio riesgo de quedarse con las manos vacías.
En tanto, Mauricio Macri no debería dormirse en los laureles del triunfo que obtuvo la oposición en Mendoza. Ocurre que la construcción política que realizó el jefe de gobierno porteño para competir en los comicios presidenciales se caracterizó por una suerte de pureza amarilla que le podría traer serios problemas en aquellos territorios como la Provincia de Buenos Aires (especialmente en el Conurbano) donde el Pro prácticamente no tiene presencia y sus candidatos no son conocidos por la ciudadanía.
Lo que muestra el caso mendocino es que la única forma de derrotar al oficialismo es conformando un gran frente opositor, con el aporte de distintos sectores políticos. Concretamente, el gobernador electo Alfredo Cornejo es de la UCR, pero para lograr el triunfo decidió ponerse por encima de la interna que sacude al centenario partido y también recibió el respaldo del Frente Renovador, Libres del Sur, el Partido Demócrata y el GEN de Margarita Stolbizer, entre otros.
Quizás el ejemplo mendocino sirva para demostrar que los sectarismos y las listas armadas a dedo por burócratas, que son prácticas que atraviesan tanto al oficialismo como a distintos sectores de la oposición, conspiran contra el cambio.
Parlasur: una nueva caja política
La boleta en estas elecciones tendrá un nuevo pliegue y la negociación por los candidatos al Parlasur se sumó a la extensa lista de candidatos que firmaron sus postulaciones en las últimas horas. Hay periodistas, ministros y ex gobernadores.
En el Frente para la Victoria, la lista fue usada como una suerte de refugio para funcionarios K. Por eso está integrada por el ex canciller, Jorge Taiana; el ministro de Defensa, Agustín Rossi; la ministra de Cultura, Teresa Parodi; el Secretario de Asuntos Relativos a Islas Malvinas, Daniel Filmus; el embajador en Bolivia, Ariel Basteiro; el secretario de Obras Públicas, José López y el embajador ante la Santa Sede, Eduardo Valdés. Una de las grandes sorpresas de esa nómina es la presencia del periodista Hernán Brienza.
En la oposición también aparecen nombres. La santacruceña, Mariana Zuvic, Fabián Rodríguez Simón y Lilia Puig de Stubrin son los principales candidatos para el Parlamento del Mercosur por el distrito nacional del frente Cambiemos. Por su parte, José Ramón Sanchis Muñoz irá primero en la Ciudad. Adolfo Rodríguez Sáa designó a José María "Tati" Vernet.
Como candidatos al Parlasur por representación del distrito bonaerense, el FpV lleva al frente de la lista al vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, mientras que Cambiemos tiene dos postulantes: Esteban Bullrich (Pro) -se enteró de su candidatura mientras estaba en Misa y dejó un asado a medio hacer para ir a firmar- y Miguel Angel Espeche Gil (Coalición Cívica). A su vez, el representante provincial de Progresistas es Francisco Morea, y por MST-Nueva Izquierda, la dirigente gremial María Damasseno.
