Si Aerolíneas Argentinas fuese bien gestionada y ofreciese un futuro económico atractivo, sería innecesario molestar al Congreso Nacional con un Plan Quinquenal que le asegurase fondos para seguir con sus prácticas de negocios demagógicas: complacer al gobierno de tumo, emplear gente K y operar con ventajas sobre la competencia. Si fuese -o llegara a ser- una compañía seria, recurriría a capitales privados vía emisión de bonos o de acciones regulares.
Lo que pretenden son dineros públicos para seguir drenando la riqueza argentina bajo el manto de un nacionalismo pasado de moda y continuar con la corrupción.
Oscar Secco